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Centros sin portería

De los 32 colegios públicos que hay en la capital granadina, sólo la mitad tenía hasta ahora una portería con personal al cuidado de las instalaciones. El resto, los que no estaban dotados de vivienda, carecían de este servicio, que se cubría esporádicamente con voluntarios del servicio social sustitutorio, es decir, los objetores de conciencia que preferían este trabajo antes que ir a la mili. El ayuntamiento ha resulto este vacío, que impedía, entre otras cosas, la realización de actividades extraescolares, con un concurso para la adjudicación de este servicio, por valor de casi 20 millones de pesetas anuales, que ha ganado Grata.

No es una empresa con grandes perspectivas de lucro. Está compuesta por estas trece mujeres de la zona norte que, en lugar de engrosar la lista del desempleo sin casi ninguna perspectiva de salir de ella, trabajan hoy entre niños, como han hecho durante casi toda su vida.

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Madres conserjes

Pero la Junta de Personal del Ayuntamiento granadino no está de acuerdo con la solución que la concejal de Educación ha dado al problema de los colegios sin portería. Rechazan que se haya adjudicado el servicio a una empresa privada. Tanto UGT, CC OO, CSIF como los sindicatos independientes de la Policía Local y los Bomberos critican que una concejal de IU haya decidido privatizar este servicio en lugar de crear empleo público que estaría cubierto por los aspirantes de la bolsa de trabajo municipal. Ellos mismos reconocen que la situación anterior, en la que ocupaban estos puestos objetores de conciencia, era deficitaria. Pero consideran que la solución de adjudicar el servicio no es la más apropiada.

Las empresarias de Grata no pertenecen a la bolsa de trabajo del Ayuntamiento, pero si han formado parte de un plan de empleo especial porque sus circunstancias sociales las disponían en situación de inferioridad de cara a competir en el mercado laboral. La concejal Amelia Romacho explica que este trabajo de conserjes es 'una herramienta para superar su desigualdad'.

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