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El FBI detiene a 73 mafiosos del clan más poderoso de Nueva York

Un infiltrado asesta un golpe histórico a la familia Genovese

Para sus colegas mafiosos era simplemente Big Frankie, el dueño de un par de camiones que servían al contrabando de cigarrillos o al negocio de chatarra. Estaba tan integrado en la familia que los capos locales pensaron en convertirle en un miembro más. Resultó ser un agente del FBI infiltrado. Su investigación ha concluido con la detención el martes de 73 miembros del clan de los Genovese, el más poderoso de Nueva York.

La Fiscalía de Manhattan y el FBI no cabían en sí de gozo al anunciar los resultados de la espectacular redada. 'Ésta es quizá una de las operaciones de más éxito de nuestra historia', comentó el subdirector del FBI, Barry Mawn, que insistió en subrayar que los recientes atentados no habían 'distraído o suspendido las investigaciones contra el crimen organizado'.

Entre los acusados figuran varios capos: Pasquale Parello, que controlaba las operaciones de la familia en el Bronx; Rosario Gangi, que ya cumple una pena de prisión, y un ex policía, Joseph Savarese, también conocido como Joe Dingha, que dejó el cuerpo en 1976 y planeaba, con otro de los detenidos, Anthony Capelli, robar la nómima de una planta de impresión de The New York Times, un golpe que les hubiera reportado seis millones de dólares (1.150 millones de pesetas). Las acusaciones son variadas, van desde la extorsión al crimen, pasando por el soborno, la falsificación, el tráfico ilegal de armas y un largo etcétera de actividades que reportaron a los Genovese unos 14 millones de dólares entre 1998 y este año.

Big Frankie, por supuesto, ha desaparecido. Como Joseph Pistone, un agente que vivió bajo la identidad de Donnie Brasco y ayudó a encarcelar a parte de la familia Bonanno en los años setenta; este agente de 32 años vivió, respiró y conspiró durante tres años con los mafiosos locales, mientras acumulaba pruebas contra ellos. Se hizo amigo de Parello, que siempre llevaba encima un aparato para detectar micros ocultos, acudiendo regularmente a su cuartel general en Rigoletto, un restaurante del Bronx. Allí estaba como en una película de Martin Scorcese, codeándose con los wiseguys (los tipos listos).

'Engordó un poco', contó una fuente policial al New York Post, 'comía bien'. El periódico relató el encuentro entre Big Frankie y Savarese, ya en prisión cuando este último se enteró de su traición. 'Savarese se puso lívido', contó la fuente al Post. El agente se habría mudado a vivir con su familia al vecino Estado de New Jersey, bajo otra identidad. 'Arriesgaba su vida casi a diario', dijo el subdirector del FBI.

Los Genovese son la familia más importante Nueva York, más que los Gambino, los Luchese, los Bonnano o los Colombo. Pese a la enorme popularidad de uno de sus primeros capos, Lucky Luciano, es el clan que siempre ha guardado más discreción. Nada de coches especialmente ostentosos, violencia inecesaria o inclinación por la publicidad, como el capo di tutti capi, John Gotti, que está acabando sus días en prisión, aquejado de un cáncer galopante.

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Los Genovese funcionan incluso cuando se les corta la cabeza. Uno de sus máximos jefes, Vicent Chin Gigante, lleva entre rejas desde finales de 1997. Es una figura especialmente siniestra. Ha alegado estar loco y lleva años sin salir de su pijama.

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