Nuevo modelo de televisión pública
Los socialistas presentarán una proposición de ley para modificar el Estatuto de la radio-televisión pública y crearán una comisión de expertos para elaborar un Libro Blanco sobre la situación de la libertad de expresión en dichos medios, según anunció ayer su secretario de organización. Esa iniciativa enlaza con la presentación, días atrás, de un informe sobre lo que el PSOE considera manipulación y censura de los informativos de Televisión Española (TVE).
El informe incluye una lista de 56 noticias aparecidas en otros medios de comunicación, pero no en los informativos de TVE en octubre y noviembre. Seguramente, no todas ellas tienen entidad para ocupar un espacio en el telediario. Sin embargo, es cierto que la mayoría de los medios escritos de referencia, con independencia de su orientación ideológica y profesional, suelen coincidir en las noticias destacadas en su primera página, y muy frecuentemente esa selección no coincide con la que realiza la televisión pública. Y si bien el criterio cuantitativo no puede ser el único a considerar, resulta espectacular la desproporción entre noticias favorables y desfavorables para el Gobierno en relación, por ejemplo, a la Ley de Universidades: un minuto para la masiva manifestación del día 1 contra la ley y cuatro a la ministra para que la defendiera.
La opinión pública suele prestar más atención a los Gobiernos que a la oposición en situaciones de crisis internacional como la actual, pero ni aun así resulta lógico que Aznar haya salido diez veces más que Rodríguez Zapatero. Más discutible, por subjetiva, resulta la opinión de que el secretario general socialista es deliberadamente presentado 'como un líder acrítico'.
No hay modelo perfecto de televisión pública, pero el actual es demasiado imperfecto. La propuesta de presentar una proposición de ley sobre el Estatuto de RTVE es oportuna, especialmente tras la insólita pretensión del PP de modificar unilateralmente ese Estatuto (fruto en su día del consenso) mediante una enmienda a los Presupuestos, presentada con nocturnidad y alevosía.
Los dirigentes del PP dirigieron tremebundas críticas a la manipulación socialista de la televisión pública en el pasado, y ahora pretenden seguir invocando ese mismo pasado para desautorizar las que les hacen a ellos por lo mismo. Es discutible la amenaza socialista de recurrir al Tribunal Constitucional, pero portavoces muy cualificados del PP llegaron a plantear, en 1995, la posibilidad de apelar a las instituciones europeas. En su programa electoral de 1996 arremetían contra la 'beligerante orientación partidista' de los socialistas, comprometiéndose a respetar, si ganaban, 'los criterios de veracidad, objetividad e imparcialidad'. Luego nombraron director general a un diputado suyo que resultó nefasto. La calidad de nuestra democracia exige cambiar de modelo. Urge desgubernamentalizar, por consenso, la televisión pública.
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