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El sector teme las consecuencias sobre el proceso de la liberalización y augura más controles en el futuro

La quiebra del gigante del negocio energético Enron, según coinciden las empresas y fuentes de la Administración, no tendrá grandes repercusiones. Enron, que mantiene tres marcas en España (Enron España Energía, Enron Directo y Enron Energie GmBH) no había madurado lo suficiente sus principales proyectos en la península (centrales de ciclo combinado en Huelva y Castilla y León) como para hablar de pérdidas reales, por más que esos proyectos hubieran sido valorados en su día en unos 160.000 millones de pesetas.

Pero aunque los riesgos contraídos por las empresas europeas y españolas con Enron sean menores (la primera eléctrica española, Endesa, apenas si alcanza una relación comercial de 160 millones de pesetas con la compañía estadounidense), todas las fuentes consultadas aceptan que la gran suspensión de pagos tendrá repercusiones sobre la liberalización de los mercados que impulsa Bruselas.

Los grandes apagones de California y la crisis de Enron plantean cuestiones que estaban latentes, pero que ahora saltan a primer plano. Enron, se destaca en el sector, había extendido sus actividades en áreas que no tenían relación estricta con la energía, la teórica base de su negocio; había innovado desde su dirección financiera y había utilizado contabilidad creativa en operaciones, al parecer, desconocidas para la Securities and Exchange Commission, SEC (la CNMV estadounidense).

Al presidente de Endesa, Rodolfo Martín Villa, se le atribuye una afirmación reciente y llena de sentido común. Según Martín Villa, cuando él llegó al sector eléctrico hace cuatro años, los grandes modelos a seguir eran el esquema liberalizador del Estado de California y las nuevas operaciones de comercialización de kilovatios (vía Internet) de Enron. Ambos proyectos han fracasado, lo que vendría a reforzar la validez, también para las eléctricas, del refrán 'zapatero a tus zapatos' o al menos 'zapatero, no olvides tus zapatos'.

Pese a todo, la sensación que predomina en el sector eléctrico es que Enron se ha hundido más por jugar a ingeniería financiera que por aplicar esquemas novedosos de compra y venta de energía que, en general, según aseguran, siguen siendo válidos.

Aunque para los consumidores españoles la quiebra de Enron no tendrá ningún efecto concreto, sí es cierto, admiten fuentes de la Comisión de la Energía, que sale reforzada la tesis de que habrá que aumentar la supervisión sobre las actividades no reguladas (producción y comercialización de energía) para asegurar la tranquilidad a los usuarios.

Otra cuestión importante es la obligación de las auditoras de cumplir bien con su trabajo. Algo que, nuevamente, Enron ha llevado a primer plano.

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