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Reportaje:

Una niña abre el debate sobre la sucesión al trono de Japón

El nacimiento de la hija de los príncipes Naruhito y Masako aviva la polémica sobre la posibilidad de reinar de las mujeres

El nacimiento ayer de la primera hija de los príncipe Naruhito y la princesa Masako resucita el ya largo debate existente en Japón sobre la conveniencia de modificar la ley sucesoria que prohíbe a las mujeres ocupar el trono del Crisantemo. Cauteloso como cualquier político de ese país asiático, el primer ministro, Junichiro Koizumi, ha excluido por ahora una revisión inmediata, pero tarde o temprano se tendrá que hacer la pertinente modificación de la actual ley de la Casa Imperial, que data de 1945, a menos que se quiera poner en peligro a la monarquía más antigua del planeta. La norma fue promulgada al margen de la Constitución que EE UU confeccionó para Japón tras su derrota en la II Guerra Mundial.

Los expertos dicen que la modificación de la ley sucesoria no tendría fuertes resistencias

Precisamente el popular jefe de Gobierno y líder del Partido Liberal Democrático es uno de los que más se ha distinguido en defender tal reforma, que, por otra parte, está en sintonía con lo que piensa la calle. Según una encuesta realizada el pasado verano, no mucho después de conocerse el embarazo de la princesa Masako, un 71% de japoneses es partidario de acabar con la prohibición. Hace sólo un año la idea era respaldada por un 53%.

En un país donde las conquistas sociales femeninas distan mucho de los progresos registrados en la sociedad occidental, tal reforma significaría un triunfo más que nada psicológico para las mujeres, puesto que el poder político real del emperador es nulo. En Japón, la figura del emperador no es la de un jefe de Estado. Según la Constitución representa únicamente el símbolo de la nación. En los 2.500 años de historia de esta rancia monarquía, a la que se le atribuyó poder divino hasta bien entrado el mandato de Hirohito, el hoy llamado emperador Showa, fallecido en 1989, hubo 10 emperatrices. Con la restauración de la dinastía Meiji, en 1868, se decidió de nuevo que sólo los hombres podían llegar al trono.

Los expertos señalan que la modificación de la ley sucesoria no provocaría fuertes resistencias dentro del Parlamento y resultaría relativamente sencilla su aprobación dado que no comporta ninguna reforma constitucional, a diferencia de otros países. Así, bastaría con el respaldo de una mayoría simple por parte de las dos Cámaras de la Dieta, el Parlamento japonés.En una nación donde los cambios políticos y sociales se hacen lentamente, no puede sorprender que ninguna voz autorizada haya solicitado la necesidad de la reforma tras conocerse ayer que era hembra el nuevo miembro de la familia imperial nipona, algo que se repite desde hace más de tres décadas. Y nadie se ha precipitado a pedir el cambio de la ley, entre otras razones porque se abriga la ilusión de que pueda tener más descendencia la princesa Masako (37 años), esposa de Naruhito (41 años), heredero al trono como primogénito del emperador Akihito y de la emperatriz Michiko. Los emperadores tienen otros dos hijos: el príncipe Fumihito y la princesa Nori.

Naruhito y Masako se casaron en 1993 tras una laboriosa relación que surgió durante una visita a Tokio de la infanta Elena. La boda serenó las inquietudes de los monárquicos sobre la soltería de Naruhito, un joven de costumbres sencillas, licenciado en Historia por la Universidad de Oxford y enamorado platónicamente de la actriz norteamericana Brook Shields. Masako, diplomática de carrera, políglota e hija de embajador, despertó inusitadas expectativas, quizás demasiadas, como ha demostrado ahora el tiempo, de que un viento revolucionario y moderno iba a poner patas arriba los cimientos del Palacio Imperial. Muchas más esperanzas que las que en su día suscitó la emperatriz Michiko, una católica hija de un acaudalado industrial que rompió la tradición de matrimonios con nobles y que sufrió un verdadero calvario con la esposa de Hirohito antes de que su marido subiera al trono.

La princesa Masako y el heredero del trono de Japón, Naruhito.
La princesa Masako y el heredero del trono de Japón, Naruhito.

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