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Reportaje:

Dos ángeles en el túnel del metro

Penélope Cruz y Victoria Abril presentan en una estación del suburbano madrileño 'Sin noticias de Dios'

Elsa Fernández-Santos

A veces los ángeles llegan a la última parada del metro. Se ponen tacones de aguja, vestidos de alta costura y saltan alegremente de vagón en vagón. Ayer llegaron Victoria Abril (el ángel bueno) y Penélope Cruz (el malo) a la estación de Pitis -boca de metro de uno de los poblados chabolistas más viejos de Madrid y de uno de los supermercados de la droga más activos de la ciudad-. 'Son verdaderos ángeles. Para mí, al menos, lo son', afirmó Agustín Díaz Yanes, director de Sin noticias de Dios, la película que se estrena este viernes y en la que las dos actrices interpretan una historia sobre la lucha entre el bien y el mal. 'Una lucha en la que no hay vencedores ni vencidos', dice su director.

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'Agustín no ha hecho la película que todos esperábamos. No ha hecho un thriller impactante. Se ha contentado con una buena mezcla de géneros, con una fábula irónica de tono abstracto, con una película difícil', afirmó Victoria Abril. La actriz llegó dos horas antes que su compañera de reparto al metro madrileño, el mismo lugar donde hace casi un año rodaron varias escenas de la película. El metro es en Sin noticias de Dios la antesala al cielo y al infierno. Un lugar que Agustín Díaz Yanes encuentra 'muy fotogénico'.

Entre entrevista y entrevista, Victoria Abril se cambió al menos cinco veces de modelo: de una camisa de alta costura de Gaultier a otra, también de alta costura, de Dior; de un jersey de lana de Baby Dior a un abrigo de Gucci; de un pantalón a una falda, de un taconazo a una plataforma. 'Al final de la película ni yo soy tan buena ni ella es tan mala, la película propone un consenso, la convivencia entre el bien y el mal', añadió la actriz. 'Soy un ángel, pero no soy tonta. Ganar con el mal es fácil, es difícil haciendo el bien. Ésta no es una película celestial, se habla de la tierra, de nosotros'.

Humilde

Penélope Cruz llegaba a la estación de Pitis desde Barajas. El lunes por la tarde había presentado en Barcelona el anuncio de Freixenet. En Madrid, como en Barcelona, no evitó las preguntas sobre su relación con Tom Cruise. Negó los rumores de boda y, a la hora de definir a su famoso novio, señaló: 'Es un hombre inteligente, poco maniático, muy humilde y con una ilusión increíble por su trabajo. Le admiro por todo esto'.

Mientras Victoria Abril señaló que Rita Hayworth y Marlene Dietrich le habían servido de inspiración para los dos números musicales que interpreta, Penélope Cruz aseguró que entre sus referencias estaba el Richard Gere de American Gigolo. 'Tano [Agustín Díaz Yanes] me pidió que me fijara en Richard Gere y también en los actores de Goodfellas. También me fijé mucho en los gestos de Charlie Lázaro, el ayudante de dirección de la película. Para mí no fue difícil hacer de chico, tengo una parte muy masculina y muy macarra'. Penélope Cruz aseguró que no vive sometida a la maquinaria de Hollywood. 'Hago lo que quiero, no soporto que me controlen. Desde los cuatro años he tenido muy claro lo que quería, soy más cabezota que ambiciosa'. Cuando en la rueda de prensa le preguntaron si se había sentido identificada con su papel de mala, la actriz afincada en Hollywood respondió tajante: 'No soy tan bicho. Yo creo que lo inteligente es ser bueno'.

Victoria Abril y Penélope Cruz.
Victoria Abril y Penélope Cruz.LUIS MAGÁN
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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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