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COYUNTURA INTERNACIONAL
Columna
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Eurorrecesión

Si la divisa europea desde su nacimiento en enero de 1999 ha mostrado una senda sostenida de depreciación, no parece que su materialización en papel el próximo año vaya a cambiar su suerte. Paradójicamente, la primera potencia europea, Alemania, es una de las principales responsables de esta situación. La última prueba la encontramos en la caída del 0,1% que ha sufrido su PIB en el tercer trimestre, por primera vez en más de dos años. En sentido contrario ha sorprendido el vigor de la economía gala, que en el mismo periodo logra un crecimiento del 0,5% trimestral, la mayor tasa alcanzada en el año. En esta ocasión todos los componentes de la demanda interna alemana muestran un tono deprimido, aunque hay que destacar el deterioro de la inversión que acumula cuatro trimestres consecutivos de caídas, evolución no se había producido desde la reunificación.

El crecimiento medio de la formación bruta de capital fijo en EE UU se ha situado en torno al 7% en la última década, frente al 1,3% de Alemania

Esta crisis del proceso inversor difiere significativamente de la que también sufre la economía estadounidense, ya que mientras que en este caso podemos hablar de un ajuste tras el proceso de sobre-inversión, en Alemania se trata de una crisis de demanda. De hecho, el crecimiento medio de la formación bruta de capital fijo se ha situado en torno al 7% en la última década en EE UU, frente al 1,3% correspondiente a la economía germana.

De esta forma, el sector exterior vuelve a ser el único elemento que impide un retroceso más acusado del PIB alemán. En concreto, la demanda externa aporta más de un punto porcentual al crecimiento debido al fuerte descenso de las importaciones. En este ámbito no podemos ser muy optimistas habida cuenta de las expectativas para el comercio mundial. El último informe de la Comisión Europea (CE) estima un aumento de las exportaciones extra-euro de tan sólo el 2,5% para el próximo ejercicio, tras el 2,2% previsto para este año. Por tanto, la economía germana contará con una aliado menos en el 2002, lo que puede explicar que la tasa de avance del PIB se modere hasta el 0,7%, como espera la CE. Esta previsión asume que nuevamente será Alemania la economía con el menor crecimiento dentro del área euro debido a la previsible aportación negativa que puede tener la demanda externa (que la CE cifra en -0,3 puntos porcentuales).

En definitiva, en el año 2002 tampoco parece que la conjunción de estrellas sea propicia para la divisa europea, pese a que los principales organismos internacionales esperan que la economía del área euro consiga nuevamente crecer por encima de la estadounidense.

Yolanda Fernández y Raquel Vázquez son, respectivamente, responsables de Economía y de Análisis del Área Euro en Analistas Financieros Internacionales.

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