'Falstaff' cierra el año de Verdi

La música de Giuseppe Verdi volvió a sonar el jueves en el Teatro Comunale de Bolonia, que cierra las celebraciones del centenario de su muerte con un gran final, Falstaff. Esta comedia lírica estrenada en La Scala en 1893, y un año más tarde en Bolonia, es la apuesta difícil con la que el Comunale inaugura la temporada 2001-2002.

Pier Luigi Pizzi, director del nuevo montaje, ha trasladado al orondo caballero inglés a la época victoriana, convencido, según ha declarado, de que el libreto de Arrigo Boito, aunque fiel al espíritu de William Shakespeare, refleja también el ambiente de Milán de finales del siglo XIX, cuando fue escrito.

Pizzi propone a los espectadores un John Falstaff con botines y chaleco cruzado y unas 'alegres comadres de Windsor' con largas faldas de pliegues y blusas de mangas abullonadas, moviéndose en un escenario de ordenadas casitas de ladrillo rojo. Todo un cambio estético y escenográfico que no acaba de sintonizar con el espíritu que transpira la obra original de Shakespeare, ni con la vivacidad, muy cercana a la picaresca, que demostraba el pueblo inglés en aquellos remotos tiempos. Buena prueba de ello es que el montaje gana en el tercer acto, cuando la cita a medianoche en el bosque de Windsor permite a los personajes escaparse de ese tiempo impuesto, cubiertos por amplias capas oscuras llenas de adornos florales.

Boito tomó la historia de Falstaff de Las alegres comadres de Windsor, escrita en torno a 1600, y del drama Enrique IV, sobre todo en lo que respecta al personaje del propio John Falstaff. Y Verdi compuso sobre esta historia bien hilvanada una música que ha sido celebrada desde su estreno como una obra de arte con mayúsculas. El maestro del melodrama se sacaba además una espina, al componer una ópera cómica de factura perfecta después de la fallida Un giorno di regno.

La apuesta de Pizzi fue bien acogida por el público, lo mismo que la interpretación de Michele Pertusi, que construye un Falstaff más cómico que amargo, y con él la del tenor Giuseppe Filianoti, en el papel de Fenton y, sobre todo, las de Daniela Dessí, en el papel de Alice Ford y Mariana Pentcheva en el de Mrs. Quickly. Hubo grandes aplausos al maestro Daniel Gatti y a los miembros del coro, figurinistas y demás, pero, como escribía un agudo crítico que asistió al estreno boloñés de finales del XIX, 'el público aplaudió al final de cada acto, y obligó a los cantantes a saludar varias veces, pero en ningún momento se dejó arrastrar por el entusiasmo'.

Con razón, y pese al aprecio general, esta comedia lírica no está entre las obras de Verdi más representadas. El nuevo montaje de Falstaff es únicamente el noveno que se hace en Bolonia, en 109 años de vida de la obra.