Un informe critica la falta de recursos, objetivos e ineficiencia de la ayuda a los enfermos mentales

La asistencia a los enfermos mentales que presta la red pública valenciana es desoladora. Éste es el resumen de un informe elaborado por cinco psiquiatras -encabezados por el catedrático de la Universidad de Valencia Manuel Gómez Beneyto- por encargo de la ex Síndic de Greuges, que destaca la 'falta de recursos materiales y humanos y la injusta distribución de los mismos'. El estudio subraya la inexistencia de programas de reinserción laboral o de atención especializada para los 30.000 enfermos mayores de 65 años y apunta que la falta de medios imposibilita una asistencia mínimamente eficaz.

El documento ha sido redactado por Rafael Tabares, profesor de psiquiatría del departamento de Medicina de la Universidad de Valencia, Manuel Girón, profesor de psiquiatría en la Universidad Miguel Hernández, Mikel Munárriz, psiquiatra de área de la Consejería de Sanidad y José Salazar, jefe clínico de la Diputación de Valencia, dirigidos por el catedrático Manuel Gómez Beneyto. El grupo se reunió en respuesta a una petición transmitida por la anterior Síndic de Greuges en funciones, Emilia Caballero, quien -alertada por las repetidas denuncias recogidas por el mal funcionamiento de la asistencia psiquiátrica- pidió un estudio a estos especialistas. Tras la sustitución de Caballero, el actual Síndic se desmarcó del proyecto, lo que no impidió que el equipo siguiera adelante.

El resultado, que subraya la mala situación de la salud mental, fue presentado en las jornadas que celebró la Asociación Valenciana de Neuropsiquiatría en Benicàssim en junio. Según el informe, no existen suficientes centros ni personal especializado -psiquiatras, psicólogos, enfermeros, asistentes sociales, auxiliares- capaces de atender las necesidades de la población. Especialmente oscura es la situación de los enfermos mentales mayores de 65 años. De acuerdo con las estimaciones basadas en los estudios epidemiológicos realizados en países de nuestro entorno, de los 650.000 mayores de la Comunidad, unos 30.000 sufren un trastorno mental grave. 'Para éstos, no existe ninguna unidad de hospitalización, centro de atención ambulatoria, de día, programa específico o personal especializado', según los autores del documento. Tampoco es mucho mejor la atención de la población infantil y adolescente, que ronda la cifra de las 700.000 personas. Para ellos, sólo hay nueve psiquiatras y 10 psicólogos.

El grueso de los enfermos, sin embargo, se encuentra entre la población adulta. De acuerdo con los mismos estudios unos 30.000 adultos sufren enfermedades mentales graves en la Comunidad -principalmente esquizofrenia-, de los cuales, unos 5.000 padecen trastornos muy graves. Se trata de personas que carecen totalmente de autonomía y necesitan atención contínua para satisfacer sus necesidades cotidianas. Para ellos, denuncian los autores del informe, sólo existen 1.075 plazas en centros de rehabilitación. Pero si la reinserción social es complicada, la social y laboral es una misión casi imposible. La Administración no cuenta con ni un sólo programa destinado a la normalización de estos pacientes en el mercado de trabajo. El proyecto Ágora, el único que se puso en marcha en la Comunidad gracias a fondos europeos, desapareció al no garantizar su existencia las ayudas públicas.

El análisis del equipo de psiquiatras mantiene su triste balance en el apartado relativo a los trastornos mentales menos severos. Hasta 200.000 valencianos padecen depresión, ansiedad, fobias de distintos tipos o trastornos de personalidad. Este grupo se encuentra tan desatendidos como el resto de pacientes. De los 200 psicólogos que serían necesarios en los distintos centros de salud de la Comunidad, según el recuento hecho por la Asociación Española de Neuropsiquiatría, únicamente hay 68.

A los pocos recursos, se suma la mala distribución de los existentes. Los profesionales ponen el ejemplo de áreas sanitarias que se encuentran bajo el control de los hospitales de Requena, la Ribera y Orihuela donde trabajan la mitad de profesionales que en otras, como las que atienden a los enfermos en los hospitales de San Juan, la Marina Alta o La Fe. Otra muestra ilustrativa es la que padece el medio millón de habitantes que vive en la Marina Alta, el Alto Vinalopó, la mitad de L'Alacantí o Requena, población que carece de camas de hospitalización psiquiátrica en sus áreas de residencia.

Las desigualdades son más evidentes en servicios especializados, como la atención a adolescentes. Sólo existen cuidados muy precarios para estos enfermos en cinco de las 20 áreas de salud. Tampoco hay programas específicos para inmigrantes o sin techo. El estudio concluye en que los recursos existentes son escasos por lo que 'no se está en disposición de prestar una asistencia mínimamente eficaz a los pacientes ni de ofrecer a los profesionales formación, suprevisión o cauces de participación, de los que también carecen los pacientes'.