'Planificación fantasma' y falta de financiación para el nuevo Plan de Salud Mental redactado por el Consell

Si el presente de la atención a la salud mental no es buena, el futuro tampoco es demasiado alentador. El estudio elaborado por el equipo de psiquiatras analiza con detalle el Plan Director de Salud Mental y Atención Psiquiátrica de la Comunidad Valenciana, un documento presentado en mayo por las Consejería de Sanidad y Bienestar Social, y la valoración no es nada satisfactoria. El plan tiene un pecado original, en opinión de los autores del informe, que lastra su desarrollo posterior: la falta de información. Si en la Comunidad Valenciana no se ha realizado ni un sólo estudio sobre las necesidades de atención en salud mental, cómo se pueden atender adecuadamente unas necesidades que se desconocen, se preguntan. No existen trabajos epidemiológicos destinados a estimar las necesidades de la población, tampoco se ha definido la oferta de servicios existentes ni su productividad. Resultado: el Plan de Salud Mental es fruto de una 'planificación fantasma'. Los autores del estudio destacan que la situación actual de la salud mental se despacha en 62 líneas, entre las que no figura 'ninguna cifra, ningún análisis de necesidades reales o percibidas por parte de los usuarios o sus familiares'.

Otro de los aspectos en los que han hecho especial incidencia es la falta de exactitud en las cifras que ofrece el plan. El documento elaborado por el Consell apoya el aumento de cobertura sanitaria previsto para 2004 en unos datos presuntamente obtenidos del libro Hacia una atención comunitaria de salud mental de calidad, redactado por la Asociación Española de Neuropsiquiatría. Según aparece en el documento del Consell, las cifras recomendadas por la entidad son la de ocho psiquiatras, seis psicólogos, siete enfermeros y tres trabajadores sociales por cada100.000 habitantes. El libro que teóricamente sirve de referencia, sin embargo, contradice estas cifras. El personal recomendado, de acuerdo a una estimación óptima, es de 12 psiquiatras, 11 psicólogos, 10 enfermeros y 3 trabajadores sociales. Además, éstos sólo representan las necesidades de personal en centros de salud mental, por lo que en datos totales, la cifra sería superior. A la falta de análisis previo, se añade la de objetivos asistenciales. 'No existe una cuantificación del coste del Plan de Salud Mental, ni un compromiso que garantice su financiación'.

Para los psiquiatras, la insuficiencia de recursos, su pésima distribución y organización, así como el alejamiento progresivo del modelo comunitario que exige la Ley General de Sanidad sitúa a la comunidad en el grupo de cola de la atención en salud mental entre las autonomías. Los autores del informe proponen que Sanidad nombre una comisión de representantes de los usuarios y profesionales de las áreas de salud para realizar un seguimiento del desarrollo del Plan de Salud Mental y reconducirlo hacia un planteamiento 'más acorde con lo que la ley exige'.