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Columna
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Poeta entre rejas del PP

Más que una Fundación parece el remake de un clásico de revanchas: la memoria de Miguel Hernández, cautiva en las cloacas corporativas. Qué desfachatez, si a lo que le dan es la tela y a la comisión. Y cómo los descendientes en una u otra medida de aquella carcundia, entonces vestida de azul y ahora de Armani, iban a erigirse en albacea poético y a difundir esa voz telúrica que tan certeramente los arruga : 'Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,/ los que entienden la vida por un botín sangriento:/ como los tiburones, voracidad y diente (...)'. El disparate tenía que resolverse. Y, por fin, el poeta ha vuelto con los suyos, y la abnegada jerarquía se ha ido a ordenar sus ideas políticas, que están por los suelos y su recalificación.

Y se ve que al 'querido Eduardo' le dan los estupores a plazo fijo, cuando les llega el turno en la espesura de su agenda. Dime, agenda mágica, ¿cuándo me toca el estupor del mes? Mañana. Y mañana exclama: qué sorpresa, Lucía nos deja de repente. Y siguen los cabreos de su gente. Pero el 'querido Eduardo' lo sabía semanas atrás. El 18 de octubre, Lucía Izquierdo y sus hijos María José y Miguel Hernández Izquierdo, le remitieron un escrito certificado y con acuse de recibo: 'Querido Eduardo: Lamentamos comunicarte que los herederos de Miguel Hernández hemos tomado la decisión de renunciar a ser y designar patronos de la Fundación Cultural Valenciana Miguel Hernández'. La familia del poeta oriolano sabe de agravios e 'intromisiones oscuras'. 'En síntesis, todo un largo rosario de ineficacias y obstrucciones que, a nuestro juicio, no sólo han paralizado, sino que han hecho desaparecer la Fundación, nos obliga a tomar esta medida'. El 3 de noviembre, también comunicaron su decisión al resto de las instituciones implicadas: Diputación de Alicante, ayuntamientos de Alicante, Elche y Orihuela y Universidad Miguel Hernández. Lucía Izquierdo no ha recibido respuesta, ni le importa, ni le conmueven las insinuaciones, ni las declaraciones, ni los papelones que ahora representan los figurantes de esta farsa: Zaplana, Camps, Tarancón, Ripoll y hasta Miguel Valor. Esto no lo montaban en tiempo de elecciones, entonces todo eran carantoñas y fotos. 'He soportado demasiadas humillaciones. Si proponía como director a Luis Almarcha, decían que no, que era socialista; si a Rafael Navarro, que tampoco, que estaba mal visto en Valencia; si a Emilio Laparra, como patrono, que de ninguna manera, porque escribía artículos contra el PP'.

La voladura de la Fundación estaba cantada. Sólo cumplían los ayuntamientos de Alicante y Elche. El de Elche muy por encima de sus compromisos estatutarios. A Lucía Izquierdo el conseller de Cultura trató de persuadirla para que depositara el legado de Miguel Hernández, en la Biblioteca Valenciana. Pero había que ver en qué condiciones. ¿Y la sede de Orihuela? En una ocasión, le dije al Presidente Aznar cómo andaba el tema. Y ordenó a Zaplana que lo arreglara de una vez. Lucía Izquierdo es, por fin, consciente de con quién se las ha jugado. Qué pesadilla. El PP tiene mangas anchas y muchos hierros. Aunque no los bastantes para callar la voz de Miguel Hernández, ni de tantos otros. El fracaso del PP es un clamor de eslabones siniestros. Y sin enmienda.

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