Cuatro heridos por una explosión de dinamita en el tranvía de Nou Barris

Cuatro personas resultaron heridas ayer como consecuencia de la explosión de una carga de dinamita que buscaba horadar parte del túnel que acogerá al tranvía de Nou Barris. El estallido se produjo sobre las 14.20 horas. Se trataba de una explosión controlada, como otras que se han efectuado anteriormente en la misma obra. Ésta, no obstante, expulsó las piedras, granito en su mayoría, hacia el exterior del túnel hasta una distancia de 200 metros y causó cuatro heridos de carácter leve.

Las obras donde se produjo el accidente están siendo realizadas por una UTE (unión temporal de empresas) formada por Isolux y Fomento de Construcciones y Contratas. La gestión de las obras corresponde a GISA (Gestión de Infraestructuras, SA), dependiente del Gobierno catalán.

El accidente se produjo cuando se intentaba la explosión controlada de cuatro kilogramos de dinamita. Una parte del explosivo provocó que el granito no se proyectara hacia el interior del túnel, sino hacia el exterior. Las piedras fueron lanzadas a una distancia de unos 200 metros del lugar de la explosión, y alcanzaron una altura de 25 metros, según informó un portavoz de GISA.

Parte de estos proyectiles se estrellaron contra la ventana de una casa y originó la rotura de los cristales de la ventana, que cayeron hacia el interior de la vivienda, situada en la calle de Aiguablava. Allí estaban tres mujeres que resultaron heridas con cortes de diversa consideración. En dos casos, los cortes se produjeron en los brazos; la tercera mujer sufrió heridas en la cara.

Una cuarta persona resultó herida en la calle. Los primeros análisis indicaban que tenía una lesión en la muñeca que se produjo tras caer, aunque se ignora si la caída se debió a la onda expansiva, al impacto de alguna piedra expulsada por la explosión o al susto causado por el estallido.

El túnel que se está horadando corresponde al futuro tranvía de Nou Barris, que unirá la estación del metro de Trinitat Nova con el barrio de Can Cuiàs. Se trata de un transporte ferroviario de dos vagones que circulan por un solo carril que sirve para la ida y para la vuelta.

El Ayuntamiento de Barcelona deseaba que este tramo fuera una prolongación del metro, pero el Gobierno de CiU se opuso a ello con rotundidad y terminó convenciendo a los vecinos de la oportunidad del tranvía.

El túnel que se horadará debe tener unos 40 metros cuadrados y ayer se intentó despejar los dos primeros. Durante el pasado verano ya se habían llevado a cabo algunas explosiones controladas que no supusieron inconvenientes para nadie.

La hipótesis avanzada ayer por los técnicos de GISA es que el granito, que en esa zona es de gran dureza, debía de presentar alguna brecha de menor resistencia, algo difícil de detectar, lo que hizo que las piedras salieran en dirección contraria a la prevista. La dirección de GISA aseguró ayer que en los próximos días se extremarán las precauciones.