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El acusado de estrangular a su mujer admite que no estaba borracho

El hombre acusado de estrangular a su compañera sentimental en el barrio donostiarra de Intxaurrondo el 28 de noviembre de 1999 declaró ayer que antes de cometer el crimen estuvo bebiendo, aunque reconoció que en el momento de los hechos no estaba borracho.

Santiago M. E. relató que su compañera y él empezaron a discutir al mediodía y continuaron después de comer. Mantuvieron un forcejeo y, en un momento dado, el procesado tiró a Teresa Ayesa sobre el sofá, le intentó 'tapar la boca' con la mano derecha porque le 'insultaba' y, con la izquierda, le 'enganchó el cuello', explicó. 'Y sin querer, se quedó allí tumbada en el sofá', dijo. Tras lo ocurrido, el acusado abandonó el domicilio porque 'estaba asustado, jamás le había puesto la mano encima a Maite', apuntó, y añadió que cuando se fue no sabía si estaba muerta.

Por su parte, la hermana de la fallecida, que presenció el inicio de la discusión, declaró que dos semanas antes del crimen Teresa Ayesa le había comentado que sentía 'miedo' de su compañero, porque 'le estaba amenazando'.

Crimen 'brutal'

Por otra parte, tres agentes de la Policía Científica de Navarra declararon ayer que José María Valencia, el día que fue detenido, 'relató de un tirón y de manera clara y coherente' cómo había asesinado a su mujer, Ángeles Sierra, quien falleció tras ser golpeada y degollada por su marido. El testimonio de los policías, que afirmaron no haber visto 'nunca' un crimen 'tan brutal', se contradice con lo dicho el lunes por el acusado, quien aseguró que fue 'su otro yo' el que cometió el crimen, según informó Efe.

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