TERESA BERGANZA CANTA ENTRE ENCINAS
El esplendor, incluso la rareza, que antaño representó el palacete de la finca El Cuartón de Traguntía (Salamanca), cerca de Vitigudino, quedará salvado para el futuro en imágenes, porque ya se estudia el derribo de lo que actualmente es un edificio en ruinas en el que aún se pueden seguir los gustos de la mujer trotamundos y liberada que fue Inés Luna Terrero, pasto de murmuraciones y envidiada por la sociedad salmantina hasta su fallecimiento, en 1953. La filmación de la película Octavia, que a final de semana terminará de rodar Basilio Martín Patino en Salamanca, ha recogido un entorno singular y cargado de leyenda en medio de las encinas de la dehesa. Primero fueron Teresa Berganza y Cecilia Lavilla quienes, al amparo de la nieve bajo una copuda encina del antiguo jardín y en un ambiente estremecido (la actriz Blanca Oteyza lo calificó de mágico), cantaron el Stabat Mater de Pergolesi, mientras Antonia San Juan colocaba una rosa sobre el ataúd de su hija y desplegaba su dolor la poderosa y sutil matrona que incorpora Margarita Lozano, ya que el personaje de la joven Menh-Way iba a ser enterrado en la vieja capilla que aún conserva los restos del estilo maronita. Después, ayer mismo, el protagonista, Miguel Ángel Solá, se reencontró con los recuerdos juveniles de la casona que en la película es una liberty housse, la rareza a punto de desplomarse en medio del campo salmantino.-
