_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un 'e-mail' desde los cielos

Javier Solana

El alto representante de la Polítíca Exterior de la Unión Europea escribió durante un vuelo en un avión este e-mail al periodista Lluís Foix, el 28 de noviembre de 2000. La transcripción de este mensaje, que se reproduce íntegramente, aparecerá en la Revista Económica de Catalunya el próximo jueves.

'Desde los cielos de regreso de Nueva York para intentar arreglar un conflicto lejano, incapaz de contribuir a solucionar otro más próximo. Nunca me he sentido -Freud dixit- tan disociado. Zagreb, Budapest, Nueva York, pero donde realmente estaba era en Barcelona, con vosotros. Qué dolor. Hacía tiempo que no lloraba tanto. Hablé con Ernest el domingo, largamente, sobre planes para las navidades. No quise ir a Barcelona. Prefiero recordar la Barceloneta en tarde soleada hablando de lo nuestro. No quiero más manifestaciones. Quiero eficacia o política. Es lo que se nos pide a quienes tenemos experiencia acumulada. ¿Para qué servimos de lo contrario? Cuántas horas he pasado para evitar que la gente se mate. Cuántas. Mi mejor vida la he dedicado a ello. Días de firmeza y noches de diálogo.

Me acuerdo de sus cuadernos, que cuidaba con amor, con esa letra clara que incitaba a ser leída. De sus lecturas, de su deseo de compartir. Qué gran servidor público, qué gran foto de Cuadro de Honor en un país donde los miserables nos abruman con su fotografía. Cuánto me duele esa mirada pícara que incluso en tiempos de intenso dolor sugiere, 'pero qué pobre ingenuo', viniendo de quienes nunca arriesgaron nada ni tan siquiera la ingenuidad. Termino. La azafata, inconsciente de mi estado de ánimo, me pide que me calle, que no escriba más, que el cielo nos abandona, que está cerca la tierra y que no queda más remedio que abrocharse el cinturón. Un abrazo muy fuerte. Javier'.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_