Zidane cierra un falso debate

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Pero, como el talento siempre se hace un hueco volcánico, finalmente Zidane ha puesto en fila a todos los escépticos. Lo hizo el sábado con una deslumbrante faena ante el Sevilla, una actuación casi sublime, pero no tan lejana de otras con las que el francés ha sembrado sus primeros pasos en la Liga española. Mejor arropado por la presencia de Helguera, Zidane multiplicó su huella y dejó clara su extraordinaria dimensión como futbolista, como ancla de cualquier equipo de este planeta. Si espabilan del todo quienes le rodean, su figura aún será más imponente.

La lección magistral de Zidane permitió al Madrid recortar dos puntos al Barça, que pasó de puntillas por Las Palmas. Los azulgrana, ausente Rivaldo, se derritieron frente al marco rival. Una debilidad que ya han mostrado más veces esta temporada fuera de casa, situación en la que sólo han ganado en el arranque de la Liga, en el Sánchez Pizjuán y Anoeta. El Barça está pagando muy cara su poca convicción lejos del Camp Nou, donde se atasca ante los débiles (Las Palmas, Osasuna, Málaga) y pincha ante los grandes (Deportivo, Real Madrid). Inquietantes augurios para su radiante choque de mañana en Anfield Road ante el Liverpool, ni más ni menos que el líder inglés. Ni más ni menos que el equipo que encumbra Michael Owen, hoy por hoy, junto a Raúl, el delantero más punzante de Europa.

Con Zidane sacándose brillo, el Barça dubitativo y el Deportivo firme en lo más alto, la jornada dominical dejó al Alavés en segunda posición tras su victoria ante un deprimido Celta (1-0). Un tributo más para una institución modélica que no deja de sorprender temporada a temporada. Poco importa que emigren sus figuras (Javi Moreno, Contra, Tomic), en el Boot Room de Mané siempre hay una chistera a punto.

Lo que sólo ocurre a medias con el vecino de San Mamés. En Bilbao, Heynckes ha encontrado la ecuación adecuada para que el Athletic aterrorice lejos del Nervión; pero en su tierra sólo ha ganado... precisamente al Alavés. Ayer fue el Villarreal el que sacó tajada.

Donde no cambia nada es en Mestalla. El Valencia sumó su octavo empate en trece jornadas, aunque se mantiene en puestos de Liga de Campeones.

Por abajo, el Rayo sigue como colista tras patinar en el Villamarín (2-0). El segundo gol recibido por los de Vallecas fue de traca: Hernández paró el balón con las manos cuando éste se le había ido fuera a Denilson. El árbitro y su asistente se liaron y castigaron la ansiedad del defensa con penalti. Un disparate arbitral más.