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ELA plantea en su 90º aniversario recorrer ya un proceso por la soberanía

Elorrieta pide a los militantes de ELA que sean 'muy activos' por el soberanismo

El País

José Elorrieta, secretario general de ELA, el sindicato mayoritario de Euskadi, preparó ayer a sus cuadros y militantes para trabajar de manera 'muy activa' en el reto de recorrer un 'proceso soberanista que coloque a Euskal Herria en las cotas que como nación le corresponden'. La celebración de los 90 años de la central quiso convertirse en la última paletada para enterrar el Estatuto vasco, algo que Elorrieta ya había dado por iniciado en un acto convocado por ELA en Gernika, en octubre de 1997.

El Palacio Euskalduna, antaño sede de uno de los principales astilleros, albergó ayer la puesta de largo del 90 cumpleaños del primer sindicato vasco. Elorrieta puso el broche con su discurso a una jornada festiva, de celebración y de encuentro entre las nuevas y maduras generaciones de sindicalistas nacionalistas.

Y aunque el secretario general de ELA evitó referirse al Pacto de Lizarra -que sí reivindicó abiertamente hace poco en un artículo de prensa-, sí certificó de nuevo la defunción del Estatuto de Gernika. Y preparó a sus seguidores desde la tribuna para el reto de 'propiciar, iniciar y recorrer un proceso soberanista', desde una perspectiva 'estrictamente civil y democrática'. Un proceso, dijo, que se sitúa en el 'postestatutismo, superando un marco jurídico-político que ni por su ámbito, ni por sus contenidos, ni por sus garantías responde a las necesidades y prioridades que tenemos como pueblo'. Elorrieta, al frente de la central desde 1988, reconoció ante un Euskalduna lleno a rebosar, que se sentía 'tremendamente pequeño'. Y en un tono de abierto reconocimiento a la militancia dijo: 'Nunca he estado ante tanta gente importante'.

De hecho, el secretario general valoró con orgullo como una de las señas de la central durante todas estas décadas su independencia, al tiempo que definía a ELA como un 'proyecto colectivo de gente humilde que tiene que luchar para sobrevivir'.

Esa independencia ha posibilitado a ELA 'ver y analizar la realidad con sus propios ojos y pensar con su propia cabeza', una reflexión que presumiblemente hay que relacionar con los serios encontronazos que ha tenido en algún momento de su historia con el PNV y ahora con ETA, o con sus diferentes alianzas sindicales, que le llevó durante la década de los 80 a pactar la unidad de acción con CCOO y UGT, para posteriormente cerrar filas con la central abertzale LAB desde mediados de los 90, unidad ésta ahora en suspenso.

En cualquier caso, Elorrieta no se detuvo sólo en la tarea política que le resta a ELA. Al reto de la construcción nacional añadió el específico desafío sindical para hacer frente a un panorama de 'paro, discriminación, explotación, exclusión, bajísimos salarios'. Fue entonces cuando Elorrieta bajó a la arena sindical para recordar que el neoliberalismo no es sólo lo que pasa en el orden internacional, sino también, por ejemplo, la situación de Gamesa, 'empresa con miles de millones de pesetas de beneficios y cientos de expedientes de rescisión'.

Para hacer frente a ese panorama, reinvidicó el sindicalismo reivindicativo, 'el único que tiene futuro', internacional, y apeló a trabajar en todos ellos con 'otros sindicatos y personas'.

Laboa, Brecht y 96.000 afiliados

La puesta de largo del sindicato mayoritario en la comunidad autónoma combinó ayer en el Palacio Euskalduna el aurresku con el expresionismo poético único e intransferible de Mikel Laboa; los versos universales del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, con la historia de 90 años de sindicalismo vasco resumidos en un vídeo de unos 40 minutos, desde los primeros pasos en aquella sede de la bilbaína calle Correo en la que se alumbró la central Solidaridad de Obreros Vascos (SOC), presidida por Luis de Jaureguibeitia, semilla de la posterior ELA-STV. Por la pantalla del Euskalduna desfilaron ayer nombres propios del sindicalismo nacionalista como Manuel Robles Arangiz (elegido presidente en el segundo congreso, celebrado en Vitoria en 1933) o Alfonso Etxeberria (cabeza de la central en el tercer congreso, celebrado en 1976 en Eibar). Y también José Miguel Leunda, figura clave para la vuelta del exilio de la organización, desde hace años con el pelo completamente blanco y ahora en el ojo del huracán por ser un supuesto emisario del PNV para intentar reeditar una nueva tregua con ETA, algo desmentido por todos los implicados en una operación que no ha convencido ni al presidente del Gobierno, José María Aznar. Sin embargo, más allá de estos referentes personales en la historia de ELA, lo que ayer primó en el 90 aniversario de la central fue la militancia. Fue Mikel Laboa, ayer griposo, el que utilizó al famoso poema de Brecht en el que se homenajea a los individuos frente a las grandes figuras que han pasado a la historia oficial: 'Tebas, ¿la construyeron los reyes?; la mil veces destruida Babilonia, ¿se puso en pie sola?, la debacle de la Armanda Invencible, ¿la lloró sólo Felipe II?' El propio Elorrieta recuperó esos versos de Brecht, 'que tan bien sirven para entender los proyectos colectivos', para lanzar un abrazo a todos los militantes, más de 96.000 que, 'con su trabajo' han colocado a ELA con casi el 41% de representación en Euskadi y el 20% en Navarra.

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