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El colegio mayor Séneca de Córdoba muestra los tesoros de su antigua biblioteca

Médicos italianos del siglo XVII, lingüistas españoles del XVIII, literatos escoceses del XIX, teóricos políticos alemanes del XX... Éstos y muchos otros científicos y artistas son los autores de los libros expuestos en el Colegio Mayor Universitario Lucio Anneo Séneca de Córdoba: se trata de piezas procedentes de los fondos de su antigua biblioteca, recién catalogada y recuperada para el patrimonio de la Universidad.

La muestra, que estará abierta al público hasta el 15 de enero, está formada por 67 libros, una parte mínima de los 6.000 volúmenes que conserva el Colegio. 'Es una colección de gran interés bibliográfico, histórico y social', señala Daniel Rodríguez, que coordina la exposición junto con Elena Salinas y Carmen Ruiz. 'Incluye material impreso muy valioso, que comenzó a reunirse en los años cuarenta, y que viene de procedencias muy diversas'.

La primera pieza que ve el visitante es la Farmacopea real y galénica y clínica, de Moyse Charas, que se editó en Lyón (Francia) en 1693. Este libro, cuidadosamente encuadernado en pergamino, fue indispensable para los boticarios de toda Europa en su tiempo, y debió viajar mucho de mano en mano. En la misma vitrina reposa una Anatomía de Alessandro Pascoli, que se imprimió en los talleres de Andrea Poletti en Venecia, en 1721, y que está ilustrada con dibujos minuciosos y un poco ingenuos.

'Tenemos obras de mucha fama', señala Rodríguez, 'como la Historia General de España de Juan de Mariana, en edición de Gerónimo Roxo, de 1733, o el Diccionario de la Lengua Castellana, que salió de las prensas de Joaquín Ibarra en 1783'. Son libros, explica el coordinador, que toda biblioteca que se precie debería tener.

Llaman especialmente la atención las obras de Historia Natural, abiertas por páginas que muestran grabados de todas las mariposas, orugas e insectos posibles. Pero hay muchas curiosidades, no sólo por el contenido, sino por el formato. 'Éste es un capricho', indica Rodríguez, mostrando El Anticuario, una novela de Walter Scott editada en treintaydosavo, es decir, en un tamaño muy pequeño, como de agenda de bolsillo.

Parte importante de la colección son los libros dedicados al fascismo, españoles, italianos y alemanes, muy abundantes, lo que parece lógico dado que los compiladores de los fondos, destinados inicialmente al Colegio Universitario Imperial, fueron Falange y el Sindicato Español Universitario.

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