Las gaitas 'crecen' en Guadarrama

Con granadilla de Mozambique, un árbol cuya madera es más densa que la del ébano, se fabrican en Guadarrama desde el pasado agosto gaitas asturianas con destino a todos los lugares del mundo. Detrás de esta idea singular se halla el gaitero asturiano José Ángel Hevia, un artista que de sus dos últimas obras, Tierra de nadie y Al otro lado, ha vendido cerca de tres millones de copias. Los dos discos fueron grabados con la gaita midi, un invento revolucionario creado por Hevia que proporciona el sonido sintetizado electrónicamente sin necesidad de soplar para inflar el fuelle.

Con la idea de recuperar la gaita tradicional asturiana ('pensada más para solistas y, por tanto, más agresiva que la gallega, que al ser para bandas suena más dulce', según el artista), Hevia se asoció con José Ramón Parrado y los hermanos Carlos y Jaime Aragón, tres luthiers (fabricantes de instrumentos) de Córdoba que nunca habían fabricado antes gaitas. Juntos crearon a finales del año pasado la empresa Hevia, Parrado y Aragón para instalarse en una nave del polígono industrial de Guadarrama en marzo de 2001, mes en el que empezaron a trabajar los primeros prototipos.

La pequeña fábrica, que ayer se presentó en sociedad coincidiendo con la puesta en el mercado de su primer medio millar de gaitas terminadas, combina la alta tecnología electrónica y el trabajo artesanal de los tres luthiers. La tecnología, ayudada por complejos programas informáticos, sustituye al artesano en el trabajo mecánico y de precisión, pero la paciente mano de los luthiers termina el pulido y barnizado final, proceso que determina la personalidad y sonido de una marca. 'Hasta ahora, para disponer de una buena gaita, un músico debía esperar a veces varios años', explica Hevia.