Por qué la diabetes

Desde que en 1922 fuese tratado con insulina el niño Leonard Thomson, la Diabetes Mellitus (DM) es una enfermedad que permanece aún en el imaginario colectivo como una de las grandes enfermedades que pueden padecer los hombres, siendo también un auténtico test sobre la calidad de los servicios sanitarios.

Los estudios que algunos de los firmantes de este artículo venimos realizando en Málaga demuestran que la incidencia de DM tipo 1 (predominante en los niños) ha subido desde 11/100.000 en 1985 a 20/100.000 en 2000 y que la prevalencia de DM tipo 2 (predominante en adultos) es de hasta el 14 % de la población adulta. Desconocemos las causas por lo que esto ocurre, sobre todo en la DM tipo 1, ni por qué en Andalucía la prevalencia es algo mayor que en el resto de España, pero respecto a la DM tipo 2 es oportuno recordar que a principio del siglo XX era una enfermedad rara.

¿Qué ha ocurrido para que en un siglo hasta el 14 % de las personas adultas puedan padecer la enfermedad?. Aunque con un marcado componente genético, hoy pocos dudan que la DM tipo 2 es la consecuencia de una determinada forma de vida de los países desarrollados. El sedentarismo, el tipo de dieta y la obesidad son los grandes predisponentes de la DM tipo 2. Al mejor conocimiento de la DM se dedican cuantiosos recursos humanos y económicos.

El presente siglo (XXI) se ha abierto con nuevos descubrimientos y grandes posibilidades para el tratamiento de la DM tipo 1. La mejora en el resultado del trasplante de páncreas, las excelentes perspectivas del trasplantes de islotes, los resultados esperanzadores de la ingeniería genética, junto a otros, nos anuncian una nueva era en el tratamiento de la DM tipo 1. Todo este esfuerzo es un ejemplo de como la ciencia y la tecnología pueden ayudar a resolver el problema de las gentes.

También sobre la DM tipo 2 hoy tenemos relevantes aportaciones en el campo de la prevención primaria y de las complicaciones. Al menos dos grandes estudios han demostrado que el diseño de programas de atención multidisciplinar e intensiva hacia las personas con DM tipo 1 y también a la DM tipo 2, permiten prevenir en parte algunas de las complicaciones asociadas a la DM. No es sorprendente, pues, que los pacientes en primer lugar y los médicos que atendemos a estos pacientes en segundo nos hayamos puesto a diseñar estrategias para que los resultados de aquellos estudios realizados sobre unos cuantos miles de pacientes privilegiados, puedan hacerse realidad en toda las personas con diabetes. Sin embargo todos estos conocimientos se están aplicando a la práctica clínica con una demora inexplicable.

Desde luego en los últimos veinte años el sistema sanitario español ha mejorado sustancialmente y la atención a las personas con DM ha mejorado con él, pero en el momento actual aún adolece de serias carencias, algunas de ellas compartidas con el resto de los problemas de salud, pero otras asociadas a la especificidad de la enfermedad y que deberían ser atendidas específicamente. Para los pacientes con DM es una cuestión de supervivencia y de calidad de vida y para los médicos una cuestión de competencia y de ética.

En 1995 a instancias de la Federación de Asociaciones Andaluzas de Diabéticos la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz elevó al Parlamento Andaluz un extenso y razonado informe denunciando las deficiencias de la atención a las personas con DM de Andalucía. Sin embargo, desde entonces, aunque incluida en al Plan Andaluz de Salud, la calidad de la atención a las personas con DM en Andalucía ha cambiado poco. Hoy es imprescindible un nuevo esfuerzo institucional que asuma las nuevas evidencias disponibles en el tratamiento de las personas con DM.

Antonio Almansa Pastor es presidente de la Asociación de Diabéticos de Málaga (ADIMA). Juan Pedro López Siguero es jefe de Sección de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Carlos Haya de Málaga. Damián Zamorano Vázquez es jefe de la Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga. Federico J.C-Soriguer Escofet es jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Carlos Haya de Málaga.