_
_
_
_
Reportaje:

Luto por el 'vuelo del merengue'

175 pasajeros del avión siniestrado en Nueva York eran dominicanos

El vuelo 587 es el tema de un merengue famoso de Quinito Méndez y Johny Ventura. El festivo son trata del regreso de decenas de inmigrantes dominicanos a casa por Navidad. Este año, sin embargo, muchos no van a retornar. El avión que se cayó el lunes nada más despegar de Nueva York cubría el vuelo 587.

El famoso trayecto de tres horas y media Nueva York-Santo Domingo se había convertido en parte de la cultura del emigrante dominicano. 'En Santo Domingo, casi cada familia tiene un miembro en Nueva York o Boston -comenta José Polanco, de profesión taxista-. Por eso ha sido durísimo allá'. Polanco dedica sus horas a transportar de forma gratuita a los familiares de las víctimas del siniestro del vuelo 587, el Airbus de American Airlines que se estrelló el lunes en el barrio de Queens nada más despegar del aeropuerto JFK. La ruta que hace Polanco va de Washington Heights, donde residen la mayoría de los afectados, al centro Jacob K. Javits Center, en la Avenida 11, donde los familiares están reconociendo los cadáveres.

La colonia dominicana ya había perdido al menos 43 personas en el atentado contra las Torres Gemelas

En Nueva York y Boston se concentra la mayoría de los dominicanos residentes en el exterior, origen del 80% de las divisas que llegan a la República Dominicana, que, en el 2000, ascendieron a 1.689 millones de dólares (unos 320.000 millones de pesetas). El taxista de origen dominicano ha perdido a muchos clientes. 'Yo conocía, aunque sea de vista, al menos a cincuenta de los muertos... Tenía previsto volver a Santo Domingo por Navidad, pero he cancelado mi vuelo. Lo mismo han hecho varias personas que me habían reservado el taxi para ir al aeropuerto por esas fechas'.

De las 260 personas que murieron a bordo del Airbus A-300 de American Airlines, 175 eran dominicanos. 'Había más, porque entre los 175 no se cuentan las personas de origen dominicano que tenían la ciudadanía, que, suponemos, eran bastantes también', comenta Darío Abreu, del Departamento de Relaciones Públicas de la Embajada de la República Dominicana. 'Ya nos suministraron el listado oficial de muertos. Ahora estamos trabajando en proporcionar asistencia a las familias de las víctimas'.

Como otras comunidades que componen el denso tejido social de Nueva York, la dominicana sufrió un golpe duro el pasado 11 de septiembre. Oficialmente, un total de 43 nacionales dominicanos murieron entre los escombros del World Trade Center. 'Pero se sospecha que algunos más, trabajadores ilegales, también estaban en las Torres Gemelas en el momento del atentado terrorista', dice Abreu. 'Nunca se llegó a investigar. Trabajaban con otros nombres, y nunca fueron reclamados'. La caída del Airbus ha significado un mazazo todavía mayor para esta gente.

En la puerta de la Alianza Dominicana, en la avenida Amsterdam, hay una gran pancarta que dice: 'Estamos de luto'. Hasta ahora unas cincuenta familias han sido atendidas aquí, dice Eddie Silverio, uno de los directores del centro, que proporciona servicios de asistencia psicológica y ayuda en los trámites para conseguir visados a los familiares que desean volar a Nueva York para reunirse con sus familias o reconocer a las víctimas.

Doris Joa es una de las personas que ha acudido al centro acompañando a su ahijada, Johana. Mariana Alponte, la abuela de la niña, murió en el siniestro. 'Ahora vamos a reconocer el cuerpo', dice completamente destrozada.

La Alianza Dominicana ha puesto a disposición de personas como Joa a los especialistas que todavía están trabajando con los allegados de las víctimas del World Trade Center. Mario Gómez es uno de ellos. 'Ahora muchas familias están todavía en estado de shock. Están en negación de la realidad. Ver los cadáveres les va a ayudar a comenzar el proceso de recuperación. Pero el momento más peligroso, donde las depresiones se pueden hacer crónicas, es más adelante, en cuestión de dos o tres meses'.

Gómez lo sabe por experiencia: 'Estamos todavía dando seguimiento a los familiares de las víctimas de las Torres Gemelas. Esto nos ha cogido mejor preparados'.

Una mujer (izquierda) que perdió a su madre en el accidente recibe el consuelo de una familiar.
Una mujer (izquierda) que perdió a su madre en el accidente recibe el consuelo de una familiar.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_