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Reportaje:

Talento salvaje en 'Las Tres Mil'

Una película recoge la fuerza del flamenco que surge en el difícil entorno social del Polígono Sur

Bella no deja de enredar entre los miembros del equipo, para desesperación de Loli, su dueña, una gitana guapa de 52 años que no deja de reñirle. La perrita está alterada por la presencia en su domicilio del numeroso grupo de técnicos y profesionales que rueda la película Polígono Sur a las órdenes de la directora francesa Dominique Abel estos días en Sevilla. El piso de Loli, un bajo pequeño con un destartalado patio trasero, en pleno corazón del populoso y marginado barrio conocido también como Las Tres Mil viviendas, es el escenario elegido por la realizadora para iniciar la décimotercera jornada de rodaje.

Abel está haciendo realidad estos días un complicado proyecto en el que lleva meses trabajando: una película documental, con un pie en la ficción, en la que pretende retratar cómo 'el arte, en este caso el flamenco, ayuda a seguir viviendo en un contexto social tan duro como el de este barrio', dice la directora, que se siente especialmente identificada con la zona, de población mayoritariamente gitana y ahogada por un explosivo cóctel de problemas sociales como el paro, la droga o la delincuencia, agitados por la falta de iniciativa pública. Abel hace 15 años que visita el barrio, parecido al suburbio parisino en el que ella creció, en busca del flamenco más puro, que en este ambiente surge de forma salvaje.

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El rodaje está transcurriendo sin grandes problemas para el equipo, 'excepto la noche que entramos a grabar en las 624 Viviendas, Las Vegas , que no pasó nada pero sí tuvimos mucho miedo', recuerda Vicky, una de las chicas de producción.

La directora francesa ha traído desde Hollywood como operador de cámara a su compatriota Jean Yves Escoffier, un veterano profesional con mucho prestigio internacional. El francés cree que es una gran oportunidad para él filmar la película. 'Aquí hay verdad, muy lejos de la artificialidad de las películas estadounidenses. Hay talento y carácter en esta gente, una extraña mezcla que funciona muy bien pese al difícil entorno social'.

Por su cámara pasan muchos artistas flamencos que, pese a su dedicación profesional al cante o al baile, siguen viviendo en Las Tres Mil. 'El talento nace aquí y no se quiere marchar', dice Escoffier. De entre ellos, los más cabales, como Luis Caracafé o Ramón de Quilate, empeñan su compromiso en el buen desarrollo de la película porque saben que su contenido puede hacer mucho bien para mejorar la imagen del barrio y de su comunidad. 'A la gente seria de aquí nos falta comunicación con las autoridades para lograr que nos ayuden con iniciativas como en la que yo estoy ahora empeñado, la Institución Cultural Cantera 3.000, una escuela de música para dar oportunidades profesionales a los chavales', dice Ramón.

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Mientras la ayuda llega, a espaldas del rodaje, a las puertas de casa de Loli, el paro, el aburrimiento y la droga siguen haciendo mella en las jóvenes generaciones criadas en el barrio.

La directora francesa Dominique Abel posa junto al cantaor Luis Caracafé y varios niños.
La directora francesa Dominique Abel posa junto al cantaor Luis Caracafé y varios niños.GARCÍA CORDERO

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