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El millonario Michael Bloomberg es el nuevo alcalde de Nueva York

El voto latino, el apoyo de Giuliani y una campaña de 9.000 millones marcaron su victoria

Después de muchas dudas, los neoyorquinos decidieron elegir a un hombre de negocios para sacarles de la crisis e iniciar la reconstrucción de la ciudad. Michael Bloomberg, un multimillonario de 59 años, se convirtió en la noche del martes en el nuevo alcalde de Nueva York, derrotando por escaso margen (3%) al funcionario demócrata Mark Green. El republicano Bloomberg cimentó su victoria en su parecido con su predecesor, Rudolph Giuliani, su éxito empresarial y 50 millones de dólares (unos 9.250 millones de pesetas) de su bolsillo en propaganda electoral. El voto latino fue clave.

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Es la primera vez que Nueva York, una ciudad esencialmente demócrata, elige dos veces seguidas a un alcalde republicano. Claro que Bloomberg es un conservador atípico: hace un año era un ferviente demócrata, pero decidió cambiar de bando ante las mejores perspectivas de elección.

Su rival, Mark Green, actual número dos de la alcaldía y que parecía el claro ganador, no supo calmar los miedos de una ciudad que ha perdido 100.000 empleos en un mes y se enfrenta a un déficit colosal en 2002. 'Está claro que vamos a tener muchos problemas', reconoció ayer Bloomberg al pasear su victoria por el distrito de Brooklyn. El respaldo que le otorgó tímidamente Giuliani fue decisivo en su victoria. Aun así, la contienda fue muy reñida. Hubo que esperar hasta después de la medianoche para conocer los resultados: Bloomberg, 50%; Green, 47%.

El 11 de septiembre marcó un antes y un después en la campaña. Antes, la ciudad estaba lista para la era después de Rudy, como se conoce a Giuliani. El alcalde republicano había agotado la paciencia de los neoyorquinos que, una vez las cuentas en orden y la seguridad restablecida, exigían más esfuerzo en las asignaturas pendientes del conservador: educación, salud y programas sociales. Los demócratas tenían la victoria asegurada. Todo cambió después de los atentados. La crisis, el miedo y la reconstrucción acapararon la agenda electoral. Nueva York buscaba una figura paternal ante el marasmo que se avecina.

El dinero también ayudó.Nunca nadie se había gastado tanto en Nueva York. En su reelección, en 1997, Giuliani invirtió 11 millones de dólares en su campaña. La ciudad parecía inmune al fenómeno -relativamente corriente en el resto de EE UU- del millonario que decide comprarse unos comicios. En 1989, Ronald Lauder, heredero de los cosméticos Estée Lauder, desembolsó la entonces marca de 14 millones de dólares en las primarias republicanas, que perdió frente a Giuliani.

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Pero no sólo fue el dinero. El partido demócrata se desmoronó. Las rencillas locales pudieron con el candidato. Green no consiguió congraciarse, después de unas despiadadas primarias, con el líder hispano y presidente del distrito del Bronx, Fernando Ferrer, ni con el reverendo negro Al Sharpton, que le negaron su apoyo. El resultado fue devastador: por primera vez, los latinos se escindieron y votaron a partes iguales a demócratas y republicanos, marcando por primera vez el poder de su voto en Nueva York.

Es la primera vez que un empresario sin experiencia política asume un cargo tan relevante. Se notó al principio de la campaña. Bloomberg cometió errores y meteduras de pata que pasaron inadvertidas en la vorágine de los atentados.

Hecho a sí mismo

El nuevo alcalde es el típico ejemplo de hombre hecho a sí mismo. Debe su fortuna (unos 4.000 millones de dólares) al servicio de noticias económicas que creó en los ochenta y lleva su nombre. Nació el día de San Valentín (14 de febrero) de 1942 en un barrio obrero de Boston. Hijo de un contable y de un ama de casa, consiguió estudiar con becas en las prestigiosas universidades de Johns Hopskins y Harvard hasta llegar a Wall Sreet, donde trabajó en las oficinas de Salomon Brothers, que dejó después de 15 años con 10 millones de dólares en el bolsillo.

Según la revista Fortune, ocupa el número 42 en la lista de hombres más ricos de EE UU. Donó 100 millones en obras de caridad el año pasado. Pilota su propio helicóptero, tiene casas en Londres y las Bermudas e incluso ha asegurado que se quedará viviendo en su mansión de Manhattan en vez de ocupar la residencia oficial de Gracie Mansion. Llegará solo, otra novedad. Está divorciado, tiene dos hijas y su vida privada ha aparecido más de una vez en las revistas de cotilleos.

Bloomberg ocupará su puesto a principios de enero y ya ha asegurado que contará con la ayuda de Giuliani, que todavía no ha dado pistas sobre su futuro.

Bloomberg celebra su victoria entre el actual alcalde, Giuliani (a la izquierda), y el gobernador Pataki.
Bloomberg celebra su victoria entre el actual alcalde, Giuliani (a la izquierda), y el gobernador Pataki.AP

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