Duran mantiene un pulso con Pujol y rechaza a Puig para la cúpula de CiU

Los democristianos no van a jugar a intercambiar cromos con sus socios de Convergència, aunque el premio consista en obtener un departamento tan apetecible como el de Medio Ambiente, que dirige Felip Puig. El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, mantiene su rechazo a que Puig se convierta en su mano derecha en la futura federación de Convergència i Unió como secretario general adjunto, y así se lo transmitirá a Jordi Pujol y a Artur Mas en las reuniones que mantendrán hoy.

El presidente de Convergència Democràtica (CDC) y de la Generalitat, Jordi Pujol, y Duran deben decidir antes de la próxima semana la cuarta cartera que le corresponde a Unió como consecuencia del pacto de federación, que se firmará el 2 de diciembre. Antes de esa fecha debe elegirse también al que se convertirá en secretario general adjunto de CiU, el número tres de la federación, por detrás de Pujol, presidente, y de Duran, secretario general. Pero mientras los convergentes insisten en incluir ambas cuestiones en un mismo paquete negociador, los democristianos quieren desligarlas.

La controversia llega en un momento en que Convergència Democràtica desea reorganizar su dirección interna e incorporar a Felip Puig como secretario general adjunto del partido para ocuparse así de las tareas diarias. La acumulación de trabajo y responsabilidades del conseller en cap, Artur Mas, le impiden dedicarse a CDC como pretendía. Pero como subrayaron ayer diversos dirigentes de Convergència: 'No vamos a sacrificar a Puig y obligarle a abandonar Medio Ambiente sólo para ocupar la secretaría general del partido'.

La intención de Pujol y Mas es que Puig compatibilice las secretarías generales adjuntas de Convergència y de la futura federación. Pero Duran se resiste a tener a Puig como mano derecha en CiU. Ambos han mantenido demasiados enfrentamientos para que, de la noche a la mañana, se pongan a trabajar codo con codo.

Pujol y Mas no piensan renunciar a sus intenciones y pretenden forzar a Unió a que acepte a Puig en la federación a cambio de que los democristianos se hagan con la cartera de Medio Ambiente, un apetitoso bocado gubernamental. Así se lo transmitirán hoy a Duran en una reunión que mantendrán a las ocho de la mañana, una hora antes que la del Consell Executiu que debe aprobar los Presupuestos de la Generalitat de 2002.

'No pasaremos por el aro', comentó ayer un alto dirigente de Unió para expresar su asboluto rechazo a Puig; 'el secretario general de la federación debe ser una persona de consenso y Puig no lo es'. Los democristianos propondrán a otros candidatos, entre los que se encuentra el parlamentario catalán Joan Maria Roig, alcalde de Amposta y presidente de la Asociación Catalana de Municipios.

Aunque Unió desearía presidir Medio Ambiente, sus dirigentes precisan que el precio que exige Convergència es demasiado alto. Por este motivo, según fuentes democristianas, la cartera que ocupen finalmente se ultimará en conversaciones bilaterales entre Duran y Pujol y no en la que se celebrará esta mañana. 'Vamos a ver lo que nos ofrecen desde Convergència y, a partir de ahí ya decidiremos con qué departamento nos quedamos', comentaron en Unió.

Sería a partir de entonces cuando la dirección democristiana elegiría a su nuevo consejero. Ramon Espadaler, actual secretario general de Unió y director general de la Administración Local, es la persona mejor situada para ocupar la cuarta cartera del Gobierno si, por ejemplo, se tratara de la de Medio Ambiente. Pero no, añadieron las mismas fuentes, para Sanidad, otro departamento en disputa, para el que suena el nombre del cardiólogo Antoni Bayés de Luna, entre otros.

El Departamento de Cultura aparece ya fuera de las quinielas, pues Mas ha expresado su deseo de seguir colaborando estrechamente con Jordi Vilajoana.