Paradores sale del letargo

Ana Isabel Mariño asumió la presidencia de Paradores, una sociedad anónima ciento por ciento de Patrimonio del Estado, en mayo de 2000. Nada más llegar pidió a sus colaboradores lo que ella llama un DAFO, un plan que expusiera las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la empresa de la que se hacía cargo. Se analizó parador por parador, se estudió en relación a su ámbito de influencia, a su segmento de negocio y a la globalidad de la Red y se elaboró un plan de estrategia y de futuro hasta el año 2003. 'Con él', dice Mariño, 'se pretende compaginar los principios básicos de Paradores, es decir, continuar siendo un instrumento de la política turística del Estado y la imagen de España en el exterior, con las necesidades que están pidiendo los clientes y la sociedad'.

El objetivo del plan es conseguir un incremento en los ingresos del 5% y un aumento en el número de camas del 12%

'El futuro de Paradores está claro, no se va a privatizar ni en su conjunto ni por partes. Es una empresa consolidada'

El plan incluye 30.000 millones de pesetas de fondos propios (180,30 millones de euros) para la modernización de los establecimientos. Sólo este año se invertirán 14.000 millones en el 60% de la Red, y al final del periodo prácticamente la totalidad sufrirá reformas, muchas de ellas de gran calado. Por ejemplo, el parador de Viella, en el Valle de Arán, será la referencia de parador inteligente con la incorporación de todas las nuevas tecnologías, pero además será un centro de alta calidad de turismo de montaña. Se han invertido unos 1.500 millones de pesetas, prácticamente lo mismo que se invirtió en toda la Red en 1995.

Paradores, según reconoce Mariño, había sufrido un cierto letargo. La indefinición sobre su futuro -se habló de privatizarlo total o parcialmente- y las dificultades en la política de relaciones laborales habían dejado la Red obsoleta y con problemas de acercamiento al cliente. Las cosas empezaron a cambiar en 1997 y toman ahora un fuerte impulso.

El primer paso fue cuidar de la gastronomía. 'Ya con el anterior presidente', dice Mariño, 'se hizo un trabajo muy minucioso de recuperación de platos tradicionales y de calidad, y se ha conseguido que el 50% de los ingresos de Paradores provenga de la restauración'.

Relaciones laborales

Un siguiente paso fue el cambio en las relaciones laborales. La mentalidad de funcionario que reinaba en la mayoría de la plantilla ha dado la vuelta. El futuro de Paradores está claro - 'no se privatiza ni en su conjunto ni por partes'-, y los trabajadores, según la presidenta, han entendido la necesidad de implicarse en la empresa. Hasta el punto de que parte de sus remuneraciones están ligadas a objetivos.

En todo este capítulo, la formación ha jugado un papel fundamental. En los dos últimos años los cursos de formación se han incrementado un 68,5%, y Paradores ultima dos proyectos: uno más inmediato, como la apertura en León de una escuela para el personal de la empresa y para colaborar con las necesidades de formación de otras entidades, especialmente latinoamericanas, y otro, a más largo plazo, que es la apertura en Alcalá de Henares (Madrid) de una escuela de alta gestión hostelera que se pretende que tenga rango universitario.

El plan de estrategia y crecimiento diseñado el año pasado incluye también cambios de la política comercial que inciden en la oferta relacionada con el carácter del parador (histórico, de naturaleza, cultural) y que pretende igualmente conseguir una mayor desestacionalidad. El hecho de que el nivel de ocupación en septiembre -el 90,3%- haya sido superior al de julio -80%- hace que la presidenta tenga puestas muchas esperanzas al respecto. La desestacionalización se intenta por vías como la captación de las empresas como clientes, y los planes específicos para jóvenes y la tercera edad. Igualmente, se trata de incrementar la presencia de extranjeros en la red, que alcanza ya al 45% de los clientes.

Más ocupación

Según Mariño, la decisisón de acometer la modernización vino marcada, por una parte, de la propia necesidad de renovación de muchos establecimientos, y, por otra, del alto nivel de actividad que en los últimos años estaba registrando la Red. Así, si la ocupación media en 1995 era del 56%, el año pasado se situó en el 75%, y este año quedará cerca del 78%. El objetivo del plan es conseguir, al final del proceso, un incremento en los ingresos del 5% y un aumento en el número de camas del 12% sobre las 5.600 actuales.

Al plan de modernización se añade la decisión de la Secretaría de Turismo, dependiente del Ministerio de Economía, de abrir ocho nuevos establecimientos. De ellos, cinco se inaugurarán antes de 2003. Serán los de Monforte de Lemos (Lugo), Lerma (Burgos), San Esteban del Sil (Orense), Alcalá de Henares (Madrid) y La Granja de San Ildefonso (Segovia). Después irán los paradores de Lorca (Murcia), Morella (Castellón) y Limpias (Cantabria).

El 9 de octubre de 1928 se inauguró el primer parador en la sierra de Gredos (Ávila). Hoy Paradores está presente en 16 de las 17 comunidades autónomas. La plantilla media de la empresa es de 4.086 empleados. El año pasado la sociedad tuvo un beneficio de 2.885 millones de pesetas y unos ingresos superiores a los 36.500 millones de pesetas. Según la presidenta de la empresa, 'hoy todos los paradores son rentables'.