En línea con la renta variable
En la última década el tamaño del mercado español de fondos de inversión se multiplicó por cuarenta dando origen en su seno a un movimiento simultáneo, y aparentemente paradójico, de diversificación y especialización. Diversificación, porque los inversores dejaron de contemplar los fondos monetarios como el activo más ventajoso, para aficionarse a los que invierten en Bolsa, a los de renta fija y a los fondos garantizados. Y especialización, porque al calor del crecimiento del volumen global de fondos se le fueron creando a los partícipes nuevas necesidades que, en muchos casos, coincidían con su predilección por un determinado sector industrial, o por temas de inversión específicos (alimentación, comercio electrónico, salud, recursos naturales, etcétera) ya que no con el placer ético o estético de invertir en fondos cuyos objetivos estuvieran determinados por algo más que la expectativa de una buena rentabilidad: desde la protección de la naturaleza al compromiso de no invertir en la industria bélica, la tabaquera o en laboratorios farmacéuticos que experimentaran con animales. La especialización ha llegado tan lejos que ya existen fondos como el GenomicsFund.com, que invierte sólo en empresas cuyo tema de investigación es el genoma humano.
En España, se puede invertir ya en un buen puñado de fondos de este tipo. Muchos de ellos han llegado aquí de la mano de gestoras de fondos internacionales que los han registrado en la CNMV para su venta en España. Otros, han sido constituidos por gestoras españolas.
¿Y cómo se han comportado los fondos especializados en un año como éste tan complicado para las Bolsas? La respuesta es que, en general, han seguido la misma tónica que el resto de los fondos de renta variable domiciliados en España, que a finales de octubre acumulaban una caída promedio superior al 20%. Lo que no excluye que haya habido algún ejemplo destacado, como el de los fondos que invierten en metales preciosos, los únicos con rentabilidades positivas acumuladas desde comienzos de año hasta la actualidad (entre ellos reluce Sogelux Acciones en minas de Oro con un 19,02%).
Algunos fondos especializados se han comportado bien sólo en términos relativos, por ejemplo los especializados en alimentación (-7.66%), o los fondos solidarios (-8.87%), mientras que otros lo han hecho decididamente peor que la media: los fondos tecnológicos acumulan en el año pérdidas del -43%.
El proceso de creación de nuevas categorías de fondos especializados continuará, sin duda, una vez que los mercados de renta variable hayan recuperado su pulso. Lo que puede haber comenzado a ocurrir ya.
Juan Ignacio Crespo es director de análisis de Lipper España.
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