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Entrevista:RAFAEL CALVO | PRESIDENTE DE FICE

'Necesitamos menos palabras y más compromiso de la Generalitat'

El sector del calzado español, que exporta el 70 % de su producción, se enfrenta en la actualidad a las consecuencias de la recesión económica y la crisis producida por los atentados de septiembre en Nueva York. Rafael Calvo, presidente de la Federación de Industrias del Calzado (FICE), opina que es el momento para que los gobiernos central y autonómico apoyen los proyectos de desarrollo de los zapateros. En la actualidad el 62 % de las empresas españolas se encuentran en la Comunidad Valenciana, la mayoría de ellas en Alicante.

Pregunta. ¿Cuál es la situación actual del sector?

Respuesta. No es mala, si tenemos en cuenta el contexto en el que nos encontramos. Por fortuna nos movemos mucho y hemos seguido una política ágil. Si no fuera así, las fábricas calzado habrían desaparecido en España, en busca de países con mano de obra más barata, es lo que ha ocurrido en casi todos los países europeos, a excepción de los del Mediterráneo.

P. ¿Cuál es la evolución de las exportaciones?

R. Los seis primeros meses, que son los hasta ahora analizados, muestran un descenso gradual de las ventas en el extranjero. Todavía no podemos ver, por tanto, cuál será la situación de las exportaciones tras los atentados de Nueva York. Por otro lado, estamos sólidamente posicionados en Europa, nuestro principal mercado. Francia es el primer comprador de calzado español y en este país las ventas han aumentado. Sin embargo, la situación de Alemania, el segundo destino, no es tan favorable. Allí hemos perdido puestos (el pasado año las exportaciones cayeron un 11,8 %), aunque nos vamos recuperando. Queremos diversificar nuestras ventas, pero es positivo contar con la base europea.

P. ¿En qué medida afecta la crisis provocada por los atentados de Estados Unidos?

R. Nos ha afectado mucho. Los zapatos son productos de demanda elástica, ya que los consumidores pueden prescindir de ellos o al menos reducir sus compras, en momentos de declive económico. Por eso siempre incido en la importancia de mejorar la calidad de nuestros productos, de forma que se dirijan a un sector de la población acomodado, menos sujeto a las fluctuaciones económicas. Hoy en día, la mayor parte del calzado español que se exporta pertenece a las gamas media-alta y alta. Además, ésta es la única política que pueden seguir nuestros empresarios: aumentar el valor del producto.

P. ¿Es la forma de competir con otros países fabricantes?

R. Sería imposible competir con países en vías de desarrollo como China, que estos momentos copan la oferta de calzado barato. Otras naciones, como Taiwan y Vietnam, tienen la misma política. Un ejemplo del tamaño de nuestros adversarios son la exportaciones de China a Estados Unidos. El gigante asiático vende 800 millones de pares anuales en Norteamérica, de los 1.200 que importan los estadounidenses. No tiene sentido producir la misma clase de calzado.

P. ¿Qué acciones se plantea la FICE en el exterior?

R.: Este año vamos a crear una oficina de promoción comercial en Shanghai, semejante al Showroom de Nueva York. Se trata de un punto de entrada a China, donde varias empresas españolas podrán exponer sus colecciones. Además, seguimos con el Plan USA, que busca la consolidación de firmas nacionales en el mercado norteamericano.

P. ¿Por qué no han optado los empresarios alicantinos por abrir factorías en el extranjero?

R. Algunas firmas, las más grandes, si lo han hecho, pero el sector del calzado se encuentra muy dividido. Tenemos un conjunto de empresas que se ocupan de algunas fases de la producción y no alcanzan el tamaño suficiente para pensar en instalarse en el extranjero. Sin embargo, la dinámica actual marca un proceso de uniones que refuerzan la posición de las empresas.

P. ¿Qué medidas demanda la patronal del Gobierno central?

R. Lo que necesitamos es que nos apoyen en lo proyectos que ponemos en marcha. Nuestra posición no es demasiado ventajosa, ya que, actualmente otros sectores de la economía española se encuentran por delante del calzado. Por ejemplo, ya existe un convenio de colaboración entre el Ejecutivo y el sector textil para llevar a cabo un plan de investigación y desarrollo. Yo espero que pronto tengamos un programa de cooperación similar. Los empresarios demandan la ayuda pública a largo plazo.

P. ¿Y de la Generalitat?

R. Apoyo real para el sector. No tengo ninguna queja de Zaplana o de la Consejería de Industria, pero hace falta que sus buenas palabras se vean reflejadas en hechos.

P. ¿Cuál es el problema?

R. Creo que falla la comunicación con los escalafones inferiores de la Administración. Desde arriba se marcan unas pautas, que son las que nos transmite Zaplana en nuestros encuentros, pero no se plasman en apoyo real para los empresarios. Hace falta que la Generalitat trate a largo plazo los problemas del sector, como nosotros lo hacemos, para que así nuestras iniciativas no fracasen a largo plazo. Necesitamos menos palabras y más compromiso.

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