El otro urbanismo de la Rambla del Raval
El estudio de Bohigas ha diseñado el nuevo plan urbano de la zona que incluye un hotel con planta ovalada
Es la otra Rambla. Un lugar tranquilo en el que aún escasean los bares, sólo hay una terraza, y los jóvenes pakistaníes juegan al críquet mientras otros grupitos emigrantes descansan en los modestos parterres de césped o pasean arriba y abajo como si de la calle mayor de un pueblo se tratara. La de la Rambla del Raval fue una operación urbanística que levantó muchas críticas y que poco a poco se está ganando la confianza de los ciudadanos. En el futuro, sin embargo, el perfil arquitectónico y seguramente el ambiente humano de esta nueva Rambla puede cambiar de forma radical cuando se construya en pleno corazón de la misma un complejo urbanístico, con hotel de 10 plantas incluido, que cambiará la visión de este paseo.
El pasado 28 de septiembre se aprobó definitivamente la modificación del plan especial de reforma interior del Raval en el área delimitada entre la Rambla del Raval y las calles Sant Rafael, Robador, Sant Josep Oriol y la plaza Salvador Seguí. El proyecto ha sido realizado por el estudio Martorell-Bohigas-Mackay (MBM), que será también el encargado del anteproyecto del edificio de oficinas y de la zona de servicios subterránea.
'Siempre decimos que no creemos en proyectos urbanísticos sino en proyectos urbanos, porque es desde el detalle que se puede ordenar una zona', afirma Josep Martorell, para quien la operación del estudio ha sido similar a la que realizaron a mayor escala en la Villa Olímpica. El diseño que han realizado de los elementos de esta zona define los volúmenes y la ordenación de los edificios, pero la concreción arquitectónica variará en función de los proyectos. Fomento de Ciutat Vella, entidad promotora de la operación, tiene previsto convocar un concurso arquitectónico para asegurar la viabilidad técnica y la formalización física de los edificios de viviendas y el hotel. Esto no quiere decir, afirma Josep Maria de Torres, gerente de Fomento de Ciutat Vella, que los promotores de estos edificios deban ajustarse de forma estricta a los proyectos ganadores, pero este concurso pretende asegurar, afirma, la calidad de la arquitectura que se realice en la zona.
El complejo tiene como elemento más espectacular un hotel de planta ovalada que debe mantener esta forma hasta el piso quinto, si bien después se da libertad al arquitecto para realizar el diseño que considere más oportuno. Estará rodeado de un espacio público en pendiente desde el que se accede a un vestíbulo situado bajo el edificio de oficinas y los de viviendas. En este espacio soterrado está previsto situar un pequeño centro comercial, donde los promotores querían que hubiera un gran supermercado y posiblemente multicines. También habrá dos plantas de aparcamiento para 550 plazas, de las que 180 serán para los residentes lo que fue considerado por la oposición municipal como insuficiente.
En conjunto se edifican unos 30.000 metros cuadrados y se deja una superficie de 3.000 metros de zona verde. La operación está pendiente del proyecto de compensación para definir cómo quedará distribuida la propiedad del solar entre todos los implicados. Los derribos de las casas viejas existentes también siguen su curso. Está previsto derribar entre dos y cuatro edificios antes de fin de año y finalizar la demolición de los 10 restantes en el primer trimestre del próximo año.
'No tenemos un calendario de obras, pero esperamos poder empezar ya el año que viene, al menos en lo que respecta a las excavaciones arqueológicas', dice De Torres, para quien 'la gran incógnita' del proyecto será el subsuelo, o, lo que es lo mismo, la historia del Raval donde puede aparecer casi cualquier cosa.
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