Pau Gasol no estará solo ante el peligro

Ni Pau Gasol ni su familia estarán solos en el histórico debú del pívot español en la NBA, la próxima madrugada (2.05, Canal+) contra los Pistons de Detroit. En el majestuoso pabellón La Pirámide en el que los Grizzlies abrirán una nueva etapa en Memphis después de los seis primeros grises años de la franquicia en Vancouver, se dejará notar un centenar de aficionados catalanes que se han liado la manta a la cabeza y han viajado expresamente para la ocasión. El vuelo y el alojamiento les ha costado 165.000 pesetas y la mayoría han tenido que pedir un par de días de vacaciones en sus lugares de trabajo o de estudios. Internet y el espacio deportivo No ho diguis a ningú de Catalunya Ràdio han conseguido lo que parecía una locura: organizar un viaje desde Barcelona hasta la ciudad a orillas del Misisipí.

Agustí Ferré, de 70 años, es socio del Manresa, un modesto equipo que ganó la Liga ACB en 1998 pero que ahora está en lo que vendría a ser Segunda División. En su día, le prometió a su nieto Josep que le llevaría a ver un partido de la NBA. Se lo tomó tan en serio que añadió que, si no podía cumplir su palabra, le dejaría el dinero necesario en herencia. Afortunadamente, Agustí ha podido hacer realidad su sueño y el de su nieto y, al final, la familia al completo, ocho personas, se ha ido a Memphis.

Josep Orive, yerno de Agustí y profesor, ha tenido que pedir un día de fiesta en el colegio Paidos de Sant Fruitós en el que sus hijos, que harán dos días de campana, juegan a baloncesto. Ya les han pedido una camiseta firmada por Gasol para colgarla en el gimnasio junto a la de Chichi Creus, el ídolo de aquél TDK Manresa que ganó la Liga, y que también estará en Memphis como comentarista de Catalunya Ràdio.

Manuel Burzón es un chaval de 17 años que dice 'vivir' para el baloncesto. 'Un amigo escuchó lo del viaje a Memphis por la radio'. Y no lo dudó; para allá que se ha ido. Aunque para hacerlo realidad ha tenido que invertir los ahorrillos que ganó trabajando como camarero en Arenys de Mar, la ciudad donde vive, estudia segundo de bachillerato y juega a baloncesto. 'Me hace gracia ver la casa de Elvis, el Misisipí... En realidad, no voy a ver sólo a Pau, incluso me gustan más Battier y Williams'.

Miquel Barnusí, un médico ibicenco de 43 años, tuvo que pasar la noche del martes al miércoles en el aeropuerto de Barcelona para emprender viaje a Memphis. 'Me gusta el baloncesto y soy del Barça. Ya había estado en Estados Unidos pero nunca había presenciado un partido de la NBA porque las entradas siempre estaban agotadas. Cuando me enteré de este viaje, me atrajo y no lo dudé ni un minuto', explica.

Jaume Dulsat tiene 21 años, estudia turismo y juega de base en el Club Basquet Lloret, el equipo de su ciudad. Ferviente seguidor de la NBA -ve al menos dos partidos por semana a través del satélite- y de la cultura estadounidense, ha encontrado en este viaje la oportunidad perfecta para disfrutar de una de sus mayores aficiones sin tener que molestarse en los preparativos. 'De otro modo, es difícil ir a Memphis', razona. Junto a él viajan tres compañeros de equipo y una ruta ya prefijada: 'Visitaremos Graceland y el restaurante de B.B. King'. Aunque por posición siente más afinidad con el escolta del Barça, Juan Carlos Navarro, Jaume, aficionado azulgrana, asegura que ya seguía a Gasol en el Palau y que del Grizzlies también le gustan Battier y Williams. Éste último es la devoción de Jordi Brunet, 18 años y base del Sabadell, y cuyos ahorros de verano le permitirán verlo hoy en vivo. Gasol, entusiasmado con la iniciativa, desea organizar una cena en Memphis para corresponder el apoyo de este centenar de esforzados seguidores.