El Mallorca se consuela con la UEFA
El equipo de Kresic alivia su crisis con una victoria ante el Panathinaikos
El Mallorca se aseguró ayer sin grandes agobios su clasificación para la Copa de la UEFA. Dijo adiós a su primera participación en la Liga de Campeones con un triunfo cómodo ante el Panathinaikos, que, ya clasificado, hizo my poco para variar la tradición: los griegos siguen sin ganar en España. La victoria tendrá efectos balsámicos para un equipo isleño tremendamente necesitado de buenas noticias dada su deprimente trayectoria en el campeonato español.
Mientras el Mallorca visita el diván del psiquiatra, su técnico, Sergio Kresic intenta espantar la mala pinta que destilan los rojillos tocando todas las teclas habidas y por haber. Como ya hizo el alemán Bernd Krauss, ayer el entrenador croata situó a Eto'o como mediapunta, lejos del área rival, una herejía que nadie perdonó al germano, pero que generó benevolencia en una grada tan desencantada como escéptica. La velocidad de Eto'o es definitiva en los metros finales, pero al camerunés le condenaron a un desgaste continuo lejos del área. Así y todo, el camerunés montó la jugada más espectacular del primer tiempo (minuto 25) al dejar un balón franco a Biagini tras regatear a dos rivales con un caño incluido. Más tarde, le sirvió en bandeja el gol al propio Biagini. El tanto devolvió algo de protagonismo al jugador argentino, cuya trayectoria en el Mallorca ha sido descendente en los últimos tiempos. Apenas quedaba nada del jugador que llegó al fútbol español como una de las grandes promesas que generó la selección argentina que conquistó el Mundial juvenil en Qatar.
El Mallorca no generó buenas vibraciones, mejor dicho, mostró la misma rigidez endémica de toda la temporada. Es un equipo sin chispa y plano. Mucho hizo con mantener a cero su portería en la primera parte, más que nada, porque se topó con un Panathinaikos conciliador, primero del grupo desde la pasada jornada, y con muy poco que perder, salvo los 104 millones de pesetas con que prima la UEFA la victoria de la Champions.
Pese a todo, su técnico, Yannis Kyrastas, alineó a un once con jugadores poco habituales, en el que destacó el ex valencianista Goran Vlaovic. Los griegos se atrincheraron atrás y buscaron con ahínco el contragolpe. Curiosamente, con tan poco fueron capaces de equilibrar el encuentro duarante muchas fases del juego.
La UEFA, que en otros tiempos habría colmado las aspiraciones mallorquinistas, ya empezaba a ser toda una realidad tras el gol de Biagini. El equipo se despedía de la Liga de Campeones, pero lo hacía a lo grande, con una victoria. Cierto que la UEFA es una competición menor, pero Kresic, empeñado en que sus jugadores recibieran 'mucho cariño' de su afición, insistía en remarcar las bondades de seguir en Europa. El Mallorca necesitaba la victoria, más que nada para reparar su maltrecha moral con vistas al próximo partido de Liga ante el Tenerife. La ventaja en el marcador llevó tranquilidad a las filas baleares, y surgieron los primeros aplausos para el esfuerzo ofensivo del equipo. Sonaban raros los aplausos en una temporada que ha acabado con la conexión entre el equipo y la hinchada. Después de Cúper y de Luis, los aficionados comienzan a asumir que este año será duro. A la falta de un líder en el banquillo se agrega la ausencia de jugadores de garantías en varios puestos decisivos del equipo. El pesimismo de la gente es palpable.
En busca del empate, los griegos adelantaron sus líneas y dejaron espacios a Biagini, Miquel Soler y Eto'o, que protagonizaron varios contraataques. El Mallorca llegó en oleadas ante un Panathinaikos confundido, que acabó entregado a su suerte.
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