Las Fallas 2002 ya tienen imagen
Sara Martín, de 20 años, es la Fallera Mayor 2002. Alba Cervera, de 11 años, la Fallera Mayor Infantil
La junta de vecinos de la finca número 16 de la calle de Alboraia, en Valencia, vio alterado el orden del día. Cuando estaban ya todos en corro para abordar sus problemas más domésticos, Rita Berberà irrumpió en su concentración comunicando a los vecinos del sexto piso que Alba Cervera Peris es la fallera mayor infantil de 2002. Y desde ese instante nada falló un año más en la liturgia que abre el camino hacia las fallas. En casa de los Cervera Peris, Ramón y Pilar, brotaron lágrimas, se contagiaron los abrazos, corrió el cava y los pasteles y faltaron las palabras para definir a una niña de once años que vestía de color vino y recibía besos y más besos cuando aún no había podido superar la emoción de escuchar al otro lado del teléfono a la excelentísima.
Alba es la más pequeña de tres hermanas, la mayor de ellas ya fue fallera mayor infantil en 1994. Tiene un hermano más pequeño. Dicen las vecinas que es 'valenciana, valenciana'. Dice su padre que 'tiene ángel'. Y su madre: 'Es calmada, tranquila, sosegada, sonriente, estudiosa y muy cariñosa'.
La Junta Central Fallera, dueña en todo momento del protocolo, promotora de los posados, cuidó bien que de fondo se viera la memoria reciente de representación fallera de la familia. El aire acondicionado no fue percibido por los más entusiastas. 'Estoy tan emocionada que fíjate qué calor tengo, Pilar', decía una conocida de la familia. Ramón, comercial, 'representante como se decía antes', de objetos de regalo ya sabe lo que se le viene encima. 'Sé que ella será muy feliz y sólo espero que lo disfrute y aprenda'. Pilar, decoradora, con el estudio camuflado entre las habitaciones de casa, 'porque con cuatro hijos es muy difícil salir a trabajar fuera', perdió la noción de la hora, no escuchó las tracas, demostró que el protocolo tiene otros espacios, y le pilló por sorpresa. 'Cómo iba yo a pensar que por segunda vez nos iba a pasar esto. Para nada. Pero me siento feliz. Yo estaba preparada para ir a casa de cualquiera de las otras niñas, pero mira'. Y sin acabar las frases, se movía menuda y sonriente saludando y agradeciendo pero sin dejar de mirar, por el rabillo del ojo, los gestos de Alba.
En la terraza de los Martín Martín, el hogar de Sara, el escenario era otra cosa. Flores de fondo, luces estudiadas, y una joven de 20 años, vestida de Massimo Dutti -en una de sus creaciones remake de Audrey Herpurb pero color perla y con brillantitos- más parecía que todo estuviera listo para rodar un spot publicitario. Sara Martín -a muchos cuando la vieron en vivo les vino a la cabeza la que fuera fallera Susana Remohí y que tras su representación ha encontrado acomodo en el palacio Fuentehermosa- sacudía las manos para expulsar los nervios y por la misma razón toqueteaba los pendientes que su hermana Marta le había prestado para la ocasión buscando tras los focos la mirada de los suyos. Pero tardó en despejar la tormenta de flashes. Y entre uno y otro, Sara explicó que estudia tercero de turismo, 'aunque sé que ahora lo tendré que dejar aparcado, pero ya habrá tiempo', que hizo prácticas el pasado verano en un hotel de Cullera, que trabaja en una agencia de viajes 'a la que no podré seguir yendo', que habla francés e inglés, que tiene novio, en Madrid, un chico tres años mayor que ella que estudia informática y con el que (entre peluquería, maquillaje y preparativos, por si acaso) no había podido hablar desde primera hora del día.
Teo y Juli echaron la casa por la ventana para corresponder a la elección. Hubo detalles y palabras para todos y cumplieron al pie de la letra las indicaciones de los expertos de la Junta.
Llegaron las flores del presidente, Eduardo Zaplana, las llamadas de algunos ilustres y el momento de verse con las otras aspirantes que la acompañarán a modo de corte durante el próximo año. 'Quiero disfrutar de esto, vivirlo, aprovecharlo y hacerlo tan bien como lo han hecho mis antecesoras', repetía. Y de fondo, los vecinos de la zona de Archiduque Carlos le gritaban guapa, guapa. Sara, a quien le gusta interpretar, bailar y le emociona el glamour -también hubo quien dijo que tiene algo de Cameron Díaz y estilo del tipo Penélope Cruz, aunque en rubio y rizado Paulina Rubio- pasó las pruebas y ayer estrenó el primer episodio de Fallera Mayor de Valencia 2002.
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