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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Penúltimo acto

A la vista de los escuálidos resultados de la sesión de ayer, no cabe duda de que el PP programó las comparecencias de Rato y Montoro como un trámite de obligado cumplimiento bajo la estrategia general de negar cualquier responsabilidad política de ambos ministros en el caso Gescartera. Cuando la comisión de investigación está a punto de dar carpetazo final a sus investigaciones, no se ha logrado aclarar lo fundamental: si hubo negligencia en el control de la CNMV porque había habido intervenciones de personas próximas al poder como avalistas o como conseguidores, y si hubo información confidencial a favor de personas que habían contado con ese aval de personas próximas al Gobierno.

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Rato cree ya depurada toda la responsabilidad política por Gescartera

Y no se ha aclarado porque el Grupo Parlamentario Popular ha puesto cuantas piedras ha podido en el engranaje de funcionamiento de la comisión y porque los representantes de la oposición no han tenido la habilidad de bajar la pelota al suelo. En esta tarea, Rato dio ayer un curso de singular brillantez dialéctica sobre cómo evitar las cuestiones sustantivas del escándalo de Gescartera por el procedimiento de explotar dialécticamente los puntos débiles de la exposición de sus interlocutores; Montoro, mucho más frágil, se limitó a mostrarse molesto por tener que responder a las preguntas de la oposición.

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El problema sigue donde estaba: ni Rato ni Montoro admitieron su responsabilidad política, ni explicaron cómo pudo producirse una cadena de errores tan bien coordinados en la CNMV y en la Agencia Tributaria que hizo posible el funcionamiento continuado de una sociedad de valores con graves irregularidades contables y que acabó en un desfalco de 18.000 millones de pesetas. Eso es una cosa, y otra, los problemas de Rato para demostrar que en la concesión de un crédito a su familia no hubo un tratamiento favorable por ser quien es: el vicepresidente económico del Gobierno. Mezclarlas era demasiado.

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