Asesinato de Digna Ochoa

El viernes 19 de octubre asesinaron a Digna Ochoa, abogada y conocida activista por los derechos humanos.

Fue acribillada en su despacho de Ciudad de México, desde el que se ocupaba de la defensa de personas como Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, encarcelados con pruebas falsas y torturados por encabezar las protestas de los campesinos en contra de la deforestación de sus tierras.

Tenía 38 años. Los asesinos no se llevaron nada, pero dejaron un mensaje amenazador para los integrantes del Centro Pro Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en el que ella había trabajado.

Digna llevaba mucho tiempo recibiendo amenazas muy graves. En octubre de 1999, varios individuos entraron en su domicilio, la amordazaron, la vendaron los ojos y la interrogaron durante aproximadamente nueve horas, para luego abandonarla atada de pies y manos junto a una bombona de gas abierta y la línea telefónica cortada.

Por todo ello, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una resolución requiriendo al Estado mexicano medidas de seguridad para asegurar la integridad de Digna y otros activistas.

Esas medidas le fueron retiradas el pasado agosto, porque ya no se consideraban necesarias. La comunidad de trabajadores por los derechos humanos de México está aterrorizada.

Cuando conocimos a Digna, hace año y medio, nos costaba creer que hubiera personas que soportaran voluntariamente una existencia tan dura por luchar en favor de los demás.

Ahora que nos golpea su muerte anunciada sabemos que ella, como tantos otros, ha dado su vida por todos.