El primer eslabón laboral universitario
Los foros especializados acercan a estudiantes y empresas, pero resultan frustrantes para la mayoría
Esta semana el turno ha sido para la Carlos III, de Madrid, que ha invertido a través de su fundación 32 millones de pesetas en el evento. Decenas de estudiantes de distintas universidades se agolpaban el miércoles ante una carpa donde 56 empresas recogían currículos de los estudiantes, contestaban a sus preguntas y, las menos, realizaban entrevistas de trabajo. Esta universidad pública va por la sexta edición de su Forempleo, pero ya son muchos los centros que hacen esfuerzos parecidos. También privados, como la de Comillas, que celebrará su primer foro el próximo mes.
Este tipo de encuentros, que suelen ser abiertos y gratuitos para los visitantes, tienen como objetivo facilitar el contacto entre los estudiantes de últimos cursos, a punto de zambullirse en el mundo laboral, y empresas deseosas de cazar a jóvenes cualificados. Así que las empresas envían a personal de recursos humanos a las casetas y los estudiantes acuden cargados de currículos. Ni el consejo de universidades sabe cuántos centros han apostado por esta fórmula que apareció en España hace poco más de cinco años.
'La mayoría de las empresas sólo quiere licenciados', se queja una estudiante de publicidad que trabaja como dependienta
Este tipo de encuentros es una de las vías menos utilizadas por las empresas para dar a conocer sus ofertas de trabajo
La experiencia puede resultar decepcionante. 'La mayoría de las empresas sólo quiere licenciados', se queja una estudiante de Publicidad que lleva cuatro años como dependienta en una gran tienda de deportes. Le da la razón la responsable de Formación de la Fundación Universidad-Empresa, Marisol Pastor, para quien este tipo de eventos sirve sobre todo para acercar ambos mundos pero raramente acaba en un contrato. Pastor maneja datos que aseguran que esta es la opción menos utilizada por las empresas para dar a conocer sus ofertas de empleo, 'aunque está subiendo'.
La mayoría de las empresas participantes son grandes firmas como Repsol YPF, SCH y BBVA o Telefónica, cuando son las pequeñas y medianas las que más contribuyen a la creación de empleo. Lo mismo ocurre con los perfiles demandados. Muchos informáticos, economistas y abogados, y algunos más difusos para los estudiantes, como consultor.
Aun así no se trata de encuentros estériles. 'Estos foros son un primer paso', subraya Jaime González Prosper, director del departamento de salidas profesionales de la Complutense, que con casi 100.000 alumnos es la universidad más grande. En abril celebrará su tercer foro. Su colega de la Carlos III, Luis Jiménez, reconoce que el proceso suele prolongarse entre tres y cinco meses en los mejores casos. Para las universidades, además, es difícil hacer un seguimiento exhaustivo de la eficacia de estos encuentros.
'Son un excelente vehículo de comunicación', asegura la directora de selección de Accenture, Pilar Olondo. Sólo este mes y el que viene esta empresa tiene previsto acudir a ocho foros de este tipo. Para las compañías, el propósito es doble: pueden agrandar su base de datos, pero sobre todo les sirve de 'escaparate', según Víctor García, de la Red de Araña, un conglomerado de organizaciones especializado en inserción laboral. De hecho las empresas pagan por caseta entre 150.000 pesetas y 3,5 millones, según los consultados.
La mayoría de los consultados coincide en que cualquier esfuerzo vale la pena. Aunque el paro juvenil desciende desde hace años, la tasa de desempleo de los menores de 25 años supera el 26%. El hecho de que los universitarios tarden unos nueve meses en aterrizar en el mercado laboral y lo hagan de forma precaria ha llevado a muchas universidades a intentar acercarles, aunque sea por un par de días, el mundo de la empresa.
La hora del cóctel
Las universidades no son las únicas instituciones empeñadas en acercar a sus estudiantes al mercado laboral. Las escuelas de negocios tienen sus propios encuentros. Esade celebró una de estas citas anuales hace un par de semanas y prepara ya una cita virtual, y el IESE y el Instituto de Empresa lo han hecho esta misma semana. Pero son completamente diferentes. En estas ocasiones, la mochila deja paso al traje, y las típicas casetas de las ferias, a un ambiente informal, pero serio. Incluso caben los cócteles. Eso sí, las empresas que acuden son las mismas: grandes consultoras y bancos, sobre todo. Lo que cambia por completo es el perfil. Por lo general, los alumnos de los programas estrella de estos centros -mas-ter en dirección de empresas- tienen experiencia laboral, ya saben lo que es hacer una entrevista de trabajo, y dominan varios idiomas. De ahí que estos encuentros sean mucho más productivos, pues las empresas saben el perfil de los candidatos, que son muchos menos de los que pueden acudir a una feria. Estos actos tienen carácter cerrado. En el encuentro que el IESE ha celebrado esta semana, por ejemplo, los 218 alumnos del segundo curso han hecho unas 900 entrevistas de trabajo en tres días. Antes, tanto empresas como alumnos han podido elegir sus preferencias. El resultado nunca es inmediato. 'Es el primer paso', subraya el director de MBA, Eric Weber, 'de un largo proceso de contratación'.
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