El FBI ha detenido a 952 personas sin pruebas de su vinculación con el 11-S
La investigación de los atentados en Estados Unidos ha tenido hasta ahora un carácter más preventivo que resolutorio. De los 952 arrestados por el FBI, sólo 10 son sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, la red terrorista de Bin Laden, y a ninguno se le ha encontrado una implicación directa en los atentados del 11 de septiembre o se le han imputado cargos. La mayoría continúan detenidos.
Se sabe que alrededor de 20 están considerados como testigos materiales y 165 están retenidos por violación de las leyes migratorias. Otros lo están por infracciones de tráfico o falsificación de documentos. Entre los 'altamente sospechosos' están los indios Ayub Alí Khan, Mohamed Jaweed Azmath y Mohamad Aslam Pervez y el francomarroquí Zacharias Mussaui. Todos se han negado a cooperar.
Los tres primeros compartían un apartamento en Nueva Jersey. A Alí Khan y Jaweed Azmath los arrestaron en un tren en Tejas el 12 de septiembre portando cuchillos como los de los suicidas, tinte de pelo y 5.000 dólares en efectivo (932.000 pesetas), y con los cuerpos completamente afeitados y un panfleto con instrucciones de liberarse de los pelos superfluos antes de encontrarse con Alá. La mañana de los atentados abordaron un avión en Nueva Jersey rumbo a Tejas, pero tuvo que aterrizar en Misuri por la orden de Bush de cancelar todos los vuelos. Desde allí tomaron un tren a San Antonio, en el que fueron detenidos.
El FBI sigue investigando 370.000 pistas y busca todavía a un centenar de sospechosos, pero ha empezado a descartar la hipótesis de que los suicidas contaran con una vasta red de apoyo dentro de EE UU.
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