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Eduardo Arroyo critica la censura al boxeo con su exposición 'K.O.'

El artista reúne en Sevilla una treintena de obras de 1969 hasta el 2000

Margot Molina

La obra de Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) ha ido siempre de frente, como esperando que le cayeran los golpes. Quizás ese arrojo es lo que hace que este pintor, escultor y escritor muestre una pasión especial por el boxeo, un deporte 'maldito' e 'injustamente discriminado'. El artista ha reunido en K. O. una treintena de óleos, dibujos, collages y acuarelas en los que retrata a grandes de la historia del boxeo. Arroyó inauguró ayer en la Casa de la Provincia esta exposición que forma parte del Festival de Sevilla. Cine y Deporte.

'En el mundo del arte nos hemos pasado al pensamiento único. Ahora hay una gran moralina con el tema del boxeo, pero si nos detenemos a pensar nos daremos cuenta que muchos artistas, escritores, poetas, cineastas e intelectuales, han tratado en su producción este deporte. Es como la tauromaquia. Se podrían hacer libros interminables con estas obras, porque el boxeo es un deporte universal que se ha practicado desde la antigüedad', comentó ayer Eduardo Arroyo.

K.O., que podrá verse en la Casa de la Provincia hasta el 2 de diciembre, forma parte del programa Festival de Sevilla. Cine y Deporte, organizado por la Fundación Andalucía Olímpica.

Muchas de las obras que forman parte de la muestra están fechadas en Francia, país al que tuvo que exiliarse en 1958 por su militancia antifranquista. De esa época son los cuatro óleos de gran formato que forman parte de la muestra. Eduardo Arroyo, máximo representante de la figuración crítica, ha seleccionado para la muestra de Sevilla retratos de grandes boxeadores que formaron parte de la gran antológica que le organizó el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid en 1998. Eugenè Criqui y Raymond Famechon, ambos óleos sobre tela fechados en 1972 y de 195x130 centímetros, son algunas de las obras que se mostraron en Madrid.

El artista, reconocido internacionalmente con exposiciones en la Bienal de Venecia, el Centro George Pompidou (París) o el Museo Guggenheim de Nueva York, asegura que le hubiera gustado practicar el boxeo y que no lo hizo porque no estaba dotado para ello. 'Cuando era joven practiqué bastante deporte. Con el baloncesto me quedé en puertas de ser profesional, claro que a mediados de los años cincuenta era más facil que hoy', afirma.

'He perdido la esperanza de que se acabe con esa condena al boxeo porque es un deporte olímpico y está legalizado. Se habla de peligrosidad, sin embargo los deportes de velocidad son mucho más peligrosos. Los hospitales están llenos de gente que se ha quedado tetraplejica en accidentes de carreras de motos o de coches', arguye el artista que, como los boxeadores, ha sido valiente en su opción estética, en la elección de los temas y en el fuerte contenido político y social que le ha dado a su obra.

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Arroyo, que en la Exposición Universal de 1992 cubrió con su obra Los deshollinadores el siniestrado pabellón de los Descubrimientos, explica que le 'disgustó' el que la pieza permaneciera expuesta 10 años. 'La obra estaba pensada para que durara hasta seis meses después de octubre de 1992, no casi diez años como la han dejado. Pero se ha hecho un deshollinador en bronce y eso para mí ha sido importante'.

Detalle de la obra <b></b><i>Yanek Walzak,</i> una de las obras de Eduardo Arroyo que puede verse en Sevilla.
Detalle de la obra Yanek Walzak, una de las obras de Eduardo Arroyo que puede verse en Sevilla.EL PAÍS

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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