El Papa Juan Pablo II pide perdón a China
El Papa ofreció ayer una rama de olivo y pidió perdón a China por el pasado colonial del cristianismo, en un gesto absolutamente inesperado que puede allanar el camino a una visita papal a ese país. Sus palabras están destinadas a inaugurar una nueva fase en las relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno chino, dominadas por la más absoluta frialdad durante el último medio siglo. 'El momento actual de profunda inquietud de la comunidad internacional', escribe el Pontífice, 'exige a todos un apasionado compromiso para favorecer la amistad y la solidaridad entre los pueblos. La normalización de las relaciones entre China y la Santa Sede tendría indudablemente repercusiones positivas para la Humanidad'.
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