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Crónica:Liga de Campeones | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Mallorca pone fin a su aventura

El Arsenal puso al desnudo las múltiples carencias del conjunto balear

José Sámano

Descosido por las ausencias y tejido de forma improvisada, el Mallorca bajó ayer el telón a su aventura en la Liga de Campeones. Lo hizo frente a un Arsenal que le superó con creces durante la mayor parte de la noche y desnudó muchas de sus carencias. El equipo balear, que ha pagado en la Liga española el exceso europeo, tiene los recursos demasiado recortados. Con su política de contención del gasto y venta al por mayor, su plantilla se estira lo justo. Sin sus mejores pilares, caso de Ibagaza y Eto'o, el Mallorca se queda cogido con alfileres y la Champions es un torneo demasiado exigente incluso para los que derrochan tanta ilusión como él.

El equipo de Kresic se sintió muy inferior desde el calentamiento, cuando también perdió a Engonga, su referencia dentro y fuera del campo, por lesión. Para llenar el vacío, Kresic, probablemente aconsejado por Marcos, uno de los pretorianos del vestuario, se inclinó por asociar a Novo con éste y dejar el pasillo izquierdo para el argentino Cristian Díaz. El experimento resultó nefasto. El Mallorca estuvo desamparado, incapaz de discutir el dominio al Arsenal ni siquiera un ratito durante tres cuartas partes del encuentro. Pese a su superioridad numérica en el centro del campo, el equipo español jamás se atrevió siquiera con un rondo a 50 metros de la portería inglesa hasta el tramo final. El balón quemaba y uno tras otro se lo iban sacudiendo sus jugadores como el que bracea contra una avispa.

ARSENAL 3| MALLORCA 1

Arsenal: Wright; Lauren, Keown, Campbell, Van Bronckhorst; Pires, Vieira, Grimandi (Parlour, m. 84), Ljungberg (Kanu, m. 79); Bergkamp (Wiltord, m. 68); y Henry. Mallorca: Leo Franco; Fatih (Biaggini, m. 65), Olaizola, Nadal, Soler; Campano, Marcos (Robles, m. 68)), Novo, Cristian Díaz; Paunovic; y Luque (Carlos, m. 80). Goles: 1-0. M. 62. Centro de Ljungberg desde la derecha que remata Pires. 2-0. M. 63. Van Bronckhorst se interna por la izquierda, tira un centro medido y cabecea Bergkamp. 2-1. M. 71. Gran jugada de Novo, que se cuela en el área, regatea a Wright y marca. M. 93. Henry, en un contraataque. Árbitro: Dick Jol (Holanda). Amonestó a Fatih. Unos 36.000 espectadores en el estadio londinense de Highbury. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Bertie Mee, un histórico técnico del Arsenal de los años setenta.

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De tal flojera tuvo mucha culpa Paunovic, el encargado de dar curso al juego y enlazar con Luque, el único señuelo en la delantera. Pero el serbio estuvo calamitoso, pasó de puntillas a la hora de defender y apuñaló la pelota cada vez que sus compañeros le pedían una salida. Sin otra respuesta, el Mallorca quedó a merced de Vieira. Mala señal, sin duda. El francés se descubrió en un balneario y barrió el campo a su antojo: de arriba abajo y de izquierda a derecha, con un extraordinario despliegue tanto físico como táctico.

Con Vieira tocando la corneta, el Arsenal empujó de lo lindo durante toda la noche. Entre otras razones, porque no hubo rival que se lo impidiera.

Sostenido por una simple faena de resistencia, el Mallorca dejó siempre su destino en manos de su rival. Y el Arsenal, sobrado de recursos, le sometió por los costados, con Pires y Ljungberg anudando más de una vez las piernas de Fatih y Soler, y por el centro, con Bergkamp y Henry dislocando a Olaizola y Nadal. Pero su mejor ecuación futbolística se quedó hueca ante Leo Franco, muy acertado pese a jugar infiltrado. Sorprendentemente, entre el portero argentino, el desatino de los ingleses ante el gol y más de un rebote milagroso en algún defensa, el equipo balear se fue a la ducha con el resultado firme y la lengua fuera.

Kresic había advertido en la víspera de que los conjuntos temerosos salen mal parados de Inglaterra. Y debió de machacar una y otra vez esa idea durante el descanso porque el segundo periodo arrancó con un Mallorca más gallardo, capaz durante un cuarto de hora de pegar más de un susto al comodísimo Arsenal. Sin embargo, de su primer gran arreón de la noche, un zapatazo de Campano que puso los pelos de punta a Wright, se pasó al primer gol de los ingleses. Y en un pis-pas al segundo, un fabuloso remate de cabeza de Bergkamp, que mantiene su rostro angelical y una plasticidad maravillosa.

Con los dos goles en contra, resultado de la infinita superioridad del Arsenal, el Mallorca se vio a la deriva hasta que Novo le devolvió al partido. Inesperadamente, a falta de 15 minutos aún estaba vivo. Prolongar la aventura era cuestión de un solo gol. Kresic tiró de Biaggini y Carlos, sus únicos cañoneros en el banquillo. La incredulidad del Arsenal era la mejor arma del Mallorca, que había llegado descompuesto a Highbury y se veía cara a cara con un megarival. Pero, con el reloj estrangulándole, ya no tuvo tiempo y su aventura se fue finalmente el garete con el gol de Henry. Un tanto que sepultó el sueño de un equipo con demasiadas penurias.

Leo Franco, en el suelo, y Olaizola truncan una llegada de Bergkamp.
Leo Franco, en el suelo, y Olaizola truncan una llegada de Bergkamp.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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