El Mallorca pierde los papeles
La derrota del conjunto balear ante el Schalke pone a Krauss al borde del despido
El Mallorca confirmó ayer la profundidad de su crisis. Es un equipo a la deriva, como se advertía hace ya meses en la Liga. Sin alma. La perdió en parte cuando se lesionó el creativo Ibagaza en la cita ante el Arsenal, el trágico 11 de septiembre. Y en parte cuando el jefe, Engonga, dejó de mandar como en los últimos años. Ninguno de los dos actuó ayer en Son Moix. Y el resultado fue clamoroso: el centro del campo mallorquinista resultó patético, ridiculizado por el pequeño Thon, que sigue dirigiendo la banda del Schalke. El despido asoma al banquillo mallorquinista, en el que Bernd Krauss parece destinado a ser engullido por la alargada sombra de Luis Aragonés.
Y eso que el Schalke se limitó a poner unas ciertas dosis de oficio. Más de lo esperado, eso sí, habida cuenta de cómo llegó a la isla preferida de los alemanes. Casi de vacaciones, entrenándose el lunes en la playa y con un conato de motín de los jugadores que acabó con el envío a casa del delantero Mpenza.
Con todo, no dejaba de ser el Schalke, un club de prestigio que perdió la pasada Bundesliga en el último minuto en beneficio del Bayern Múnich. Además, ya se sabe lo que suele pasar en estas ocasiones: a más relajo de los futbolistas, más sueltos juegan. Baste recordar el antecedente de la selección danesa, que ganó la Eurocopa de 1992 cuando sus jugadores, que estaban de vacaciones, fueron llamados a última hora.
El partido había nacido a todo trapo, con los guantes de los porteros echando humo. Roa, que sólo disputa la Liga de Campeones al no estar inscrito en la Liga nacional, salvó en el primer minuto un tiro a bocajarro de Wilmots en el anuncio de la superioridad alemana.
Salvo un fugaz fogonazo inicial, el Mallorca fue un desastre en todas sus líneas: la defensa, lenta y fuera de sitio; el centro del campo, invisible; y la delantera, olvidada. Ausente Ibagaza, no tiene quien le escriba un buen guión que una la defensa con el ataque. En ese cometido, Paunovic fracasó. Así que a la pareja de delanteros, Luque y Eto'o, apenas le llega un balón en condiciones. La desesperación avivó la incontinencia e inmadurez de Eto'o, que fue expulsado ante las continuas protestas al árbitro, dando así el mazazo definitivo a su equipo. Por si fuera poco, Nadal se lesionó tras cortar con un penalti innecesario la internada por la derecha de Asamoah, el primer jugador negro que ha sido internacional por Alemania.
Así, hundido anímicamente y con un hombre menos, el Mallorca tuvo que tragarse el sapo de disputar la segunda mitad. Un suplicio tan sólo atemperado levemente por la chispa de Carlos y la zurda de Luque, que bregaron sin éxito hasta el final. Asamoah, primero, y Sand, después, le dieron la puntilla.
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