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La UE amenaza a EE UU con una 'guerra comercial' si levanta barreras para proteger la industria del acero

Fernando Gualdoni

A dos semanas de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Qatar, donde se supone que los 141 países de la organización lograrán el consenso para lanzar una nueva ronda de liberalización del comercio mundial, Bruselas y Washington vuelven a situarse al borde de una nueva guerra comercial. Esta vez no es el plátano, ni la carne hormonada, ni las ayudas a las exportaciones ni las subvenciones a la industria aeronáutica, es por el acero.

El enfrentamiento comenzó a última hora del lunes pasado, momento en que se conoció un dictamen de la Comisión de Comercio Internacional de EE UU (ITC), un órgano oficial de seis miembros nombrados por el presidente estadounidense por un periodo de nueve años, que sostiene que las importaciones de acero están dañando toda la industria del país, desde los fabricantes de automóviles hasta de simples latas de conserva. La ITC, que mide el impacto del comercio exterior sobre la industria doméstica, señaló que las importaciones de acero perjudican a cerca de la mitad de las 33 diferentes industrias estudiadas, y que representan en torno al 80% de todo lo que se produce utilizando acero en EE UU. El presidente estadounidense, George Bush, tiene 60 días para analizar el informe de la ITC y tomar medidas según las recomendaciones de ésta. Estre esas medidas, la de subir las tarifas a las importaciones o la de imponer cuotas son las que más se barajan.

La respuesta de la UE, Japón y los grandes productores de América Latina no se hizo esperar. El comisario europeo de comercio, Pascal Lamy, advirtió ayer de 'que si EE UU cierra su mercado [del acero] como resultado de la investigación [de la ITC], no cabe duda alguna de que llevaremos esta cuestión ante la OMC. Desplazar al resto del mundo la responsabilidad por los problemas que está afrontando la industria estadounidense del acero a través de la imposición de medidas proteccionistas sólo empeorará las cosas'.

Doble resguardo

Bruselas también destacó ayer que la mayoría de las industrias que la ITC dice que las importaciones dañan ya están protegidas por Washigton a través de barreras contra la competencia desleal (antidumping). Por ello, si EE UU sube las tarifas a las importaciones o establece cuotas, estará protegiendo 'doblemente' a su industria del acero. Japón opina lo mismo, y desde hace mucho tiempo se queja de que EE UU utiliza medidas contra la competencia desleal para disfrazar el proteccionismo que da a su industria del acero. Japón planteó este tema en la cumbre de la OMC en Seattle a finales de 1998 y lo hará nuevamente en Qatar en noviembre próximo.

El análisis de la ITC se produjo a raíz de la presión de los grandes productores de acero de EE UU. Más de 20 compañías de este sector han quebrado desde 1998 y siete de éstas en los últimos cuatro meses. Los precios de sus productos están ahora en mínimos de 20 años. Pero las empresas europeas que se perjudicarán si EE UU proteje aún más su sector del acero, como el grupo franco-hispano-luxemburgués Usinor-Aceralia-Arbed, sostienen que la industria estadounidense del acero es ineficiente y que necesita reestructurarse, no buscar culpables fuera.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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