Once acusados de integrar un red de narcotráfico en Alicante dicen en el juicio que exportaban vino y miel
Once de los 12 procesados por integrar una red de narcotráfico en Alicante rechazaron ayer las imputaciones del ministerio público y declararon que en realidad se dedicaban al negocio de la exportación de vino, miel y legumbres y a la elaboración de esencias de perfumes o productos de engorde para animales.
Sólo uno de los acusados, un camionero que fue detenido con 1.200 kilos de hachís en el interior de su vehículo, admitió su culpabilidad, aunque tampoco se conformó con la pena de cinco años de cárcel que solicita el fiscal. Para el resto de acusados, el fiscal pide penas que oscilan entre los tres y 13 años de prisión. La vista oral de este caso comenzó ayer en Audiencia de Alicante.
El arresto del camionero, en diciembre de 1998 en el puerto de Almería, supuso la posterior desarticulación de la red, cuyo supuesto cabecilla es el ciudadano holandés Peter Ll., radicado en la Marina Alta. La banda, con ramificaciones en varias poblaciones de la provincia de Alicante, supuestamente se dedicaba al tráfico de hachís y pastillas de anfetaminas desde Alicante a Holanda. Además del camionero y del cabecilla, otro individuo clave de la organización era M. S. G., un químico industrial, en cuyo laboratorio, ubicado en una nave industrial en Ondara, supuestamente se elaboraban los estupefacientes.
En sus declaraciones ante el tribunal, los acusados negaron haber tenido contacto unos con otros, excepto Peter Ll., quien, salvo a tres procesados, reconoció al resto. El camionero, J. M. R. G., admitió que hizo expresamente un viaje a Marruecos para transportar un alijo de 1.200 kilos de hachís. 'Lo hice por necesidad y por encargo de un hombre de Murcia, que nunca más he visto y que me prestó hasta su camión', dijo.
El químico industrial, en cuyo laboratorio los agentes se incautaron de 800 litros de productos químicos, maquinaria de prensado y troquelado, así como varios millares de cápsulas vacías, señaló que todo el material era para elaborar esencias de perfumes, envasar vino y miel y fabricar productos de engorde para el ganado. Este acusado reconoció que su objetivo final era producir pastillas de anfetaminas que nunca llegó a fabricar, porque le faltaban 'productos químicos'.
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