Andalucía recibe del Estado un saldo fiscal positivo de un billón de pesetas
Andalucía recibió del Estado al año casi un billón de pesetas más de lo que aportó como pago de impuestos en los noventa, según los datos que ayer analizó en Málaga el Observatorio Económico de Andalucía. La media entre 1990 y 1997, fue de 937.650 millones de pesetas, la mayor cantidad en términos absolutos de toda España, seguida por Extremadura (308.295), Castilla León (294.359), Galicia (282.704) y Castilla La Mancha (274.912).
No sólo las regiones que están por debajo del 75% de la media europea de renta tienen saldos fiscales positivos. Gracias a los conciertos forales, el País Vasco y Navarra tienen una sobrefinanciación por habitante que en igualdad de competencias supone 'del orden de dos veces el promedio nacional', según se dijo en la presentación del estudio.
En términos relativos, el saldo fiscal por habitante no es tan beneficioso para Andalucía, que ocupa el cuarto lugar entre las regiones españolas. Esta clasificación está encabezada por Extremadura, que recibe por habitante 288.345 pesetas, un superávit básicamente debido a los fondos agrícolas europeos Feoga; seguida de Asturias (213.879), en donde las subvenciones a la minería del carbón contribuyen a que en el capítulo de ayudas regionales llegue a las 55.996 pesetas per cápita; Castilla La Mancha (163.893), Andalucía (133.126), Castilla León (116.538) y el País Vasco (110.039).
Ángel de la Fuente, vicepresidente del Instituto de Análisis Económicos de Barcelona, y miembro Consejo Superior de Investigaciones Científicas, explicó a un grupo de profesionales y técnicos andaluces, reunidos en la sede de Unicaja, el método por el que había concertado estas tablas de saldo fiscal. El primer inconveniente ha sido recabar los datos de las administraciones concernidas. 'Se trata de información políticamente sensible y muchas veces no es facilitada', apuntó. Por ejemplo, el gasto en Educación por regiones ha tenido que establecerlo a partir del número de centros de enseñanza y de profesores. También ha sido difícil armonizar los sistemas de cálculo.
El mensaje crucial del informe de De la Fuente es que el debate sobre los beneficios de las regiones subdesarrolladas está tergiversado: 'No se trata de confrontar territorios, sino atender las necesidades de los habitantes', señaló. La redistribución de la renta supone que en regiones como Madrid (-269.610), Baleares (-190.405), Cataluña (-180.200) tengan un saldo negativo per cápita.
Algunas de estas desigualdades para el investigador 'no obedecen a ningún tipo de lógica consciente, sino a un histórico despliegue de la administración centralista, que hay que intentar corregir'. Esta alusión a la situación en las comunidades forales, no fue la única crítica del profesor De la Fuente, quien consideró excesivas las fuertes inversiones públicas en las zonas de rentabilidad baja.
Los componentes del saldo fiscal estudiados por el investigador son tres. La primera es la redistribución personal, la diferencia entre los impuestos pagados y las prestaciones sociales recibidas. Aquí se encuentra la parte principal del saldo favorable para Andalucía, con una media entre 1990 y 1997 de 896.746 pesetas, la más alta en términos absolutos de toda España. Madrid ocupa la posición opuesta, con -1.102.855 millones.
El segundo capítulo es el gasto territorializable, que incluye la sanidad, la educación y la vivienda, junto a las transferencias del Estado, los tributos cedidos y concertados, las inversiones en infraestructura y las ayudas regionales de la UE. Es en este apartado en el que el País Vasco está más beneficiado en términos absolutos, con 241.051 millones anuales, mientras Andalucía ocupa el 12º lugar, con -31.429 millones.
El último epígrafe es el de la regulación económica, que combina las subvenciones a las empresas y ayudas agrícolas, en el que Andalucía aparece en segundo lugar, con 72.332 millones, detrás de Castilla La Mancha (82.315). Sin embargo, en términos relativos, en saldo por habitante, la comunidad autónoma ocupa el sexto lugar, con 10.261 pesetas, tras Extremadura, las dos Castillas y Aragón.
