Los jueces de Vitoria se enfrentarán a unas nuevas elecciones para designar decano antes de finales de año

Apenas han transcurrido unos meses desde que los jueces de Vitoria designaran a un nuevo decano, el navarro de 36 años Jesús Poncela, cuando ya se preparan las próximas elecciones que con toda seguridad se desarrollaran antes de concluir este año. El continuo trasiego que viven los órganos judiciales vascos está en el fondo de una cuestión que se verá acompañada por una importante remodelación de la Audiencia provincial.

La salida antes del verano del magistrado de la Sección Segunda Ramón Ruiz-Jiménez con destino a una instancia de Madrid ha propiciado que el propio Poncela presentara una solicitud para cubrir esa vacante. La demandas del decano ha sido aceptada esta pasada semana por el Consejo General del Poder Judicial.

Cambio de aires

De manera paralela, otro de los jueces de la Audiencia alavesa, el miembro de la Sección Primera Francisco José Picazo, cambiará también de aires en las próximas semanas tras ser asumido por el gobierno de los jueces su traslado a un juzgado de Zaragoza.

Así las cosas, cuando se haga oficial a través de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el paso del actual decano Poncela al alto tribunal local, se producirá automáticamente un proceso en el que el juez más veterano, en este caso el titular del juzgado de Menores y ex decano Jaime Tapia, se convierte en responsable del decanato de manera provisional. A Tapia le corresponderá en ese mismo momento la tarea de convocar nuevas elecciones.

Para complicar aún más las cosas, la vacante que deja en la Audiencia Picazo también deberá ser cubierta en las próximas semanas, y uno de los nombres que más suena es el del propio Jaime Tapia, un hombre con una relevante trayectoria tanto en Álava como en el colectivo Jueces para la Democracia.

Las consecuencias de este cambio de nombres son que la Audiencia alavesa, compuesta por dos secciones y con seis magistrados, se verá modificada en una tercera parte en pocos meses, mientras los jueces vitorianos cambian de decano dos veces en poco más de un año.