La CNMV, Telefónica y sus pequeños accionistas

Como soy un accionista de Telefónica, SA tan pequeño que ni siquiera tengo derecho a asistir a sus juntas, y la ley ordena a la CNMV velar por la protección de los inversores, puse en su conocimiento que aquélla no facilitaba informaciones obligatorias relativas a negocios realizados sobre sus propias acciones, como son los motivos de las adquisiciones y enajenaciones de éstas que ha estado realizando, y solicité que incoara el procedimiento pertinente para sancionar a quienes fueran responsables de no facilitarlas.

La CNMV consideró que los hechos expuestos en mi denuncia no permitían incoarlo '(...) al no concurrir todos los elementos exigidos por los tipos (...)', afirmación, a mi juicio, insostenible, ya que la Ley de Sociedades Anónimas obliga a que el informe de gestión de las sociedades que realicen dichas operaciones mencionen sus motivos y tipifica el incumplimiento de esta obligación como infracción administrativa. Incumplimientos como el citado se han producido reiteradamente, como podrá comprobar cualquier persona que examine los informes de gestión de Telefónica correspondientes a 1997 y ejercicios posteriores, y, por tanto, resulta evidente que la CNMV, al no incoar el procedimiento sancionador que solicité, infringió lo que le ordena la ley.

Por ello, ni me han sorprendido las noticias relativas a cómo actuó la CNMV con Gescartera, ni me sorprendieron otras como las referidas al modo de obrar de aquélla en una operación que permitió obtener pingües beneficios al anterior presidente de Telefónica, o a las incorporaciones a ésta de personas que prestaban servicios a la CNMV.