'No fui discriminado como estudiante'

Ricardo Borrull, 45 años, gitano por los cuatro costados. Vive en un barrio obrero de Paterna (Valencia) y es maestro de matemáticas en primer ciclo de secundaria. Tiene tres hijas de 14, 12 y 10 años. Todas estudian.

Pregunta. ¿Cómo es que estudió usted?

Respuesta. Cuando las familias gitanas están asentadas durante muchos años en una localidad es más fácil que eso ocurra, adoptas préstamos de la sociedad mayoritaria como los estudios. Mi padre y mi abuelo estudiaron.

P. ¿Cómo fue su experiencia como estudiante?

R. No viví la discriminación, pero siempre me acompañó una sensación de soledad porque era el único en el instituto y en la escuela de magisterio y estaba dentro de una cultura que no era la mía.

P. ¿En casa vivía otra?

R. Sí, conservábamos las tradiciones gitanas. Tuve esa crisis de identidad, una especie de esquizofrenia. En la calle es otra cosa, ahí todos hemos sentido alguna vez la discriminación.

P. Sus hijas también estudian, ¿pueden ellas decir lo mismo de su colegio?

R. Ellas sí han vivido alguna experiencia discriminatoria a pesar de que sus comportamientos en clase son absolutamente correctos. Los chicos en la escuela a veces tienen esas actitudes discriminatorias, es el currículum oculto.

P. ¿Están sus colegas preparados para atender situaciones de multiculturalidad en la escuela?

R. Por supuesto, aunque entre los profesores también los hay racistas, son un reflejo de lo que ocurre en el resto de la sociedad.

P. ¿Pero esa actitud se la guardarán para casa?

R. No la manifiestan externamente, pero cuando rascas un poco...

P. ¿Cree que cuando todos los gitanos estudien se perderá parte de sus costumbres?

R. Se irán desprendiendo cosas, aunque todavía conservamos muchas y la identidad se construye tomando como referencia al otro. Pero no hay que perder nunca el orgullo de ser gitanos.