La inflación baja una décima en EE UU para situarse en el 2,6%
El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos se incrementó un 0,4% en septiembre respecto al mes anterior, lo que situó la tasa interanual en el 2,6%, una décima por debajo que en agosto, según las cifras publicadas ayer por el Departamento de Trabajo norteamericano.
El IPC subyacente, que excluye el comportamiento de los productos más volátiles, alimentación y energía, aumentó un 0,2% en septiembre, lo que situó la tasa interanual en el 2,6%, una décima por debajo de la de agosto. La inflación acumulada de los nueve primeros meses del año se situó en el 2,8%, frente al 3,4% del mismo periodo del año anterior, y seis décimas menos que durante todo el año 2000.
La paulatina reducción de los precios de los productos energéticos es uno de los motivos de la caída en la presión inflacionista. De enero a septiembre, los precios energéticos han subido a un ritmo interanual del 0,4%, mientras que durante el año pasado aumentaron por encima del 10%.
La mayoría de los analistas esperaba un incremento del 0,3% en el IPC. El bajo ritmo de inflación ha permitido que la Reserva Federal (banco central) apruebe nueve reducciones de las tasas de interés desde el 3 de enero pasado, para estimular el gasto de los consumidores e impedir que la economía caiga en recesión. Los expertos tienen diferentes opiniones sobre cómo puede afectar este resultado de la inflación a la decisión que adopte la Reserva Federal en su próxima reunión del 6 de noviembre sobre los tipos de interés.
La UE modera su presión
Respecto a una bajada de tipos en los países de la Unión Europea, los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios, reunidos ayer en Gante (Bélgica), asumieron en su declaración final que una reducción del precio del dinero puede darse con una mejora de las perspectivas económicas y el mantenimiento de la moderación salarial.
A pesar de que una primera versión insistía en que 'la reducida inflación debería dejar espacio para que las autoridades monetarias tomen más acciones decisivas', la actuación del presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, consiguió dar la vuelta al texto hasta enfriar totalmente el mensaje de los Quince. Más suave que las peticiones tajantes de días anteriores de los gobiernos y del presidente de la Comisión, Romano Prodi, en demanda de una bajada de tipos al BCE.
Duisenberg dijo en rueda de prensa que 'todo el mundo sabe que esperamos que la inflación caiga por debajo del 2% al principio del año que viene. Ahora, si desarrollos futuros cambian esta previsión de modo que baje antes o especialmente más de lo previsto, entonces habrá margen de maniobra para la política monetaria'.
El presidente del Ecofin, Didier Reynders, insistió en que el texto no ha cambiado desde que llegó a la mesa de los líderes europeos, pese a que desde primera hora de la tarde circulaba por la sala de prensa un borrador distinto, y se limitó a leer el texto final.
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