El zoco digital
La oferta audiovisual y de nuevas tecnologías del festival Videa 2001 ocupa el Mercat de les Flors hasta hoy
Cinco pantallas ocupan el vestíbulo del Mercat de les Flors. En cada una de ellas, un pequeño haz de luz circular y verdoso proyecta a diversos personajes con los ojos en blanco y brillantes como si fueran los de un zombie: uno lee, otro bebe un vaso de agua, una más baila... Todo ello coordinado por el ritmo que impone un sonido de reminiscencias industriales entre cuyos ruidos a veces se puede oír algo similar a unas manecillas de reloj desquiciadas. Es un trabajo del grupo italoespañol Elastic, el primero en dar la bienvenida al público del festival de audiovisuales y nuevas tecnologías Videa 2001, que se inauguró el jueves y se celebra hasta hoy en el teatro municipal. La instalación parece más bien una advertencia de lo que se avecina: su título es Insomnia.
El Mercat se ha convertido, pues, en la nueva sede de este festival, que nació el año pasado, con más ilusión que medios, de la mano de la asociación Telenoika, formada por jóvenes de Barcelona y alrededores. Su objetivo es servir de plataforma a los nuevos creadores audiovisuales, que tienen pocas ocasiones de mostrar su trabajo. Si en 2000 sus sesiones, demostraciones, debates, talleres y conferencias se celebraron en La Capella, el Centro de Cultura Contemporánea y la Cúpula Venus, en esta ocasión los organizadores han contado con un espacio más amplio que hacía mucho más arriesgada la propuesta. Al abrir el telón, los de Telenoika se conformaban con convocar a 4.000 visitantes.
La presentación de Videa define el festival como una 'fusión caótica de elementos en un mismo espacio y tiempo'. Un caos en el que el pasado jueves el espectador podía encontrar la performance Box, del valenciano Pistolo, una mezcla de ritual y montaje de vídeo que el artista explica como 'un viaje en un espacio visionario' y que ocupó el espacio que separa el Mercat del nuevo Teatre Lliure. En la sala Maria Aurèlia Capmany, los barceloneses Dadata y The Republic of Desire fusionaban música e imagen digital en un montaje en el que a veces parecía que los sonidos se comían, literalmente, las pantallas.
Al mismo tiempo, el vestíbulo del Mercat albergaba ahora la proyección de Moltitudini, un documento sobre los disturbios del pasado mes de junio en Génova entre los grupos de manifestantes contra la cumbre del G-8 y las fuerzas policiales italianas. El vídeo, elaborado con material grabado por varios manifestantes, se pasó en el último Festival de Locarno, pero censurado, según explica una portavoz de los autores. Se trata de un 'diario de las jornadas' que pretende ilustrar 'los muchos colores y la multitud de facetas del movimiento de gente que no quiere la globalización tal como se está llevando a cabo'. Es una de las facetas del festival, que además de fiesta y actuaciones este año ha tratado en sus debates el tema de la movilización ciudadana a través de Internet.
La presentación de programas informáticos, instalaciones y sesiones de disc-jockeys y vídeo-jockeys continuarán hoy en el Mercat, marcando el deambular de un público que debe tener ojos y oídos para todo. Entre otras actuaciones, hoy se podrá ver a Parabolic y Paniagua, Noda y B Polar y a los mallorquines Neo Tokyo. Una vez concluido, Videa habrá congregado a unos 80 creadores, muchos de ellos de fuera de Barcelona y que no han contado con más remuneración que los gastos del hotel.
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