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Boeing rebaja su plan de entregas para evitar las pérdidas en 2002

Las ganancias del fabricante crecen un 6,7% pese a los atentados

El fabricante Boeing anunció ayer una reducción de sus previsiones de entregas para el año próximo de 400 a 350 aviones, mientras estudia cancelar una de sus líneas de producción, con el objetivo de evitar pérdidas en 2002 arrastrado por la crisis de las aerolíneas. La compañía estadounidense logró aumentar un 6,7% sus beneficios netos en el tercer trimestre, pese al impacto de los atentados del 11 de septiembre.

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Boeing ha salvado un trimestre difícil marcado por los ataques terroristas contra Estados Unidos, pero todo apunta a que lo peor está por llegar. Las cancelaciones de pedidos de Delta Air Lines, Southwest Airlines y otras aerolíneas han dejado los almacenes del fabricante repletos de aviones que nadie reclama tras un año que ha rozado récords de producción. British Airways admitió ayer, por ejemplo, que negocia con Boeing y el consorcio europeo Airbus el aplazamiento de varios pedidos. Boeing admite que el año que viene podría afrontar pérdidas y, como primera medida, suprimirá 30.000 empleos.

El tercer trimestre es 'irrelevante comparado con el túnel en el que se está metiendo Boeing', indicó Michael Newman, analista de ABN Amro. Los beneficios netos crecieron un 6,7%, hasta los 650 millones de dólares (718,9 millones de euros), mientras los ingresos alcanzaron los 13.687 millones de dólares (15.137 millones de euros), con un incremento del 15% respecto al tercer trimestre del año pasado. Además, Boeing ha previsto 100 millones de dólares (110 millones de euros) para afrontar los costes del ajuste de plantilla, que se hará efectivo a partir de mediados de diciembre. Sin ellos, los beneficios habrían crecido un 14%, en lugar del 6,7%.

Mientras el fabricante volvió a rebajar ayer su previsión de pedidos para 2002 -ya lo hizo en los días posteriores al 11 de septiembre-, indicó que espera entregar 22 aparatos más este año (522 en total). Pero este optimismo será la excepción, porque el sector no espera una recuperación de la demanda hasta al menos 2003. 'El mercado de la aviación comercial se encuentra en un periodo de inusual incertidumbre', advirtió la compañía en un comunicado. No se descartan nuevos despidos.

Los pedidos para el programa 717, un modelo de 106 asientos heredado de la compra de McDonnell Douglas en 1997, comenzaron a reducirse mucho antes del 11 de septiembre. La compañía estudia cerrar esta línea de producción. Este avión se fabrica en la planta de Boeing en Long Beach (California), en la que trabajan unos 4.000 empleados.

Frente a la crisis de la aviación comercial, Boeing prefiere reforzar otros negocios: 'Hay nuevas oportunidades de crecimiento en nuestras áreas espacial, de defensa y financiera'. Los aparatos de pasajeros constituyen la principal fuente de ingresos de la compañía, pero también fabrica misiles, aviones de combate, estaciones espaciales o sistemas de satélites.

Además de la cancelación de pedidos, la caída del tráfico aéreo ha obligado a las compañías a reducir su capacidad de vuelo y dejar en tierra parte de su flota. Además, la crisis amenaza los puestos de unos 140.000 trabajadores.

El grupo europeo Airbus, máximo rival de Boeing, también ha reducido sus previsiones de entrega de pedidos para 2002 de 413 a 315 aviones. La compañía no espera recuperarse del declive hasta 2004, cuando entregará más de 300 aparatos, según sus estimaciones.

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