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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Mostra arranca sin el 'glamour' de las estrellas

El nuevo equipo organizador de la Mostra, con Jorge Berlanga al frente, ya había anunciado la ausencia de una figura internacional de renombre en la gala inaugural del festival, contraviniendo la tendencia de los últimos años de traer a golpe de talonario a una figura del cine mundial para hacerse las preceptivas fotos con las autoridades locales. Aún así, el público esperaba que la apertura de la Mostra, celebrada ayer en el Palau de la Música de Valencia, tuviera algo de glamour con la asistencia de estrellas nacionales de primera fila. Pero ni eso. Aparte de los componentes del jurado de la sección oficial, entre ellos los actores Candela Peña, Joaquim de Almeida y Darío Gradinetti, y los realizadores Jaime de Armiñán, a quien el festival dedica un homenaje, y Luis García Berlanga, por obvios motivos familiares, no hubo caras conocidas del mundo del cine o la televisión sobre la alfombra azul que pisan los invitados del festival.

Eso sí, no faltó el tradicional desfile de autoridades locales (Rita Barberá y Consuelo Ciscar), artistas de gran arraigo popular en estas tierras (El Titi y Rosita Amores) y la fallera mayor con su corte.

Con este desolador panorama, comenzó la gala, que se desarrolló con un guión muy similar al de años anteriores. Los presentadores, Assumpta Serna y Toni Cantó, fueron desgranando cada una de las secciones y ciclos que articulan el certamen y por el escenario desfilaron los jurados de las secciones a competición, además de Jaime de Armiñán y María José Carrau, viuda de Carles Mira, como únicos representantes de los homenajes que ha preparado la Mostra, después de las ausencias de Mario Monicelli, André Techiné y los familiares de Paco Rabal.

La ceremonia de inauguración de esta Mostra se cerró con la proyección de Vidas privadas, opera prima del cantante argentino Fito Páez que ya se presentó en España en el pasado Festival de San Sebastián. A través de las frustraciones afectivas de una mujer con un horrendo pasado, Páez hace un retrato valiente con tintes melodramáticos de las secuelas de la dictadura militar en su generación. Acompañado por la protagonista de su película, la actriz Cecilia Roth, Fito Páez reconoció por la mañana ante la prensa la influencia del cine de Pier Paolo Passolini en el proceso de creación de Vidas privadas, sobre todo en la relación edípica que colorea una historia trágica, con un ritmo narrativo que recuerda al culebrón, sobre una etapa de Argentina demasiado olvidada para sus conciudadanos. 'Tenía necesidad de contar una historia como ésta, era como una deuda interna para todo un grupo de gente que todavía no ha asimilado lo que pasó', explicó el cineasta, que espera que su cinta 'aporte algo al debate sobre la época que cuenta como película política'.

Horas antes de la ceremonia naugural habían arrancado las proyecciones de la Mostra en los cines Lys de Valencia. Entre ellas las de la sección oficial, que presentó ayer dos filmes de factura contrapuesta y de discreto acabado.

La chipriota Under the Stars, de Christos Georgiu, es un sencilla road-movie de dos jóvenes en busca de una infancia desmembrada por la guerra que dividió Chipre a principios de los 70. Lúcida y transparente, la película de Georgiu acusa, sin embargo, su escasez de presupuesto y unos diálogos excesivamente planos para su planteamiento que sólo remontan el vuelo en las secuencias de realismo mágico que coronan el filme. Pero tiene su mérito en una cinematografía que, como explicó su director, produce solamente dos o tres películas al año.

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Con muchos más medios está realizada la turca Elephants and Grass, de Dervis Zaim. Mas sus resultados son muy pobres, debido principalmente a la impericia de su director para desarrollar un thriller urbano con conexiones políticas medianamente creíble. Mafia, drogas, sobornos a ministros, extorsiones a empresarios y una heroína con olor de santidad se entremezclan en una historia maniquea en la que los buenos son buenísimos y los malos, malísimos, sin término medio posible, y en el que el estilo hollywoodiense que utiliza Zaim para exponer las escenas de acción la asemeja más a una cinta barata de serie Z que a un filme americano de gran presupuesto.

Joaquim de Almeida, Jorge Arriagada, Darío Gradinetti y Candela Peña (derecha), miembros del jurado, anoche en el Palau de la Música de Valencia.
Joaquim de Almeida, Jorge Arriagada, Darío Gradinetti y Candela Peña (derecha), miembros del jurado, anoche en el Palau de la Música de Valencia.TANIA CASTRO

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