Valéry y los paletas
En unas bellas páginas de Eupalinos el arquitecto, Paul Valéry propone un diálogo entre el Demiurgo, que fabrica el Universo, y el Constructor, que utiliza los materiales para ordenarlo. A Valéry le interesa el primado de la forma y las ruinas son una manera de pensar en los edificios. 'Yo no soy capaz de separar la idea de un templo de la idea de su construcción', dice Fedro en este diálogo platónico con Eupalinos, el arquitecto de Megara.
José Luis Guerín parece participar de esta idea al adentrarse en el barrio chino de Barcelona para buscar entre el accidente y la sustancia la materia de sus sueños. De forma paciente y elaborada, durante un largo periplo de tres años, Guerín y su esforzado equipo hurgaron entre los intestinos de un barrio popular degradado y en proceso de demolición. El resultado de esta 'embriaguez de la voluntad', que diría Valéry, es una sinfonía urbana plena de audacias visuales y sonoras, que tan pronto se sitúa a ras de suelo entre hormigoneras y escombros como toma la vertical con ayuda de grúas y se convierte en un filme alado. En ambos trayectos, Guerín se pone manos a la obra para buscar en la superficie la densidad de la realidad y capturar el tiempo en sus recorridos espaciales. Suma de paradojas para una película excepcional que llamándose En construcción se pasa medio metraje entre derribos. En construcción es un documental, esto es un objeto fílmico mal identificado. Es sabido que uno de los principales problemas del documental es que siempre remite al otro campo, el de la ficción, verdadero dogma de la institución cinematográfica.Y a falta de territorio propio, o con el terreno ocupado por un híbrido como el reportaje televisivo, el documental ha debido funcionar con nombres adosados. Ahí están las categorías de 'cine directo' o 'cinéma vérité' que tanto furor arrastraran en la década de 1960, enfrentándose con unos equipos ligeros a la maquinaria pesada de la industria tradicional en un intento de reconducir el cine hacia la simplicidad de sus inicios. Puestos a buscarle una fórmula al trabajo de Guerín dentro de esta constelación cabría hablar de 'cinéma vérité', una escritura personal que considera los términos real e imaginario, verdadero y falso, objetivo y subjetivo como contrarios cómplices. En las antípodas de la exaltación del 'directo' -filosofía CNN para entendernos- que alimenta las imágenes de la indiferencia para una definitiva virtualización del mundo, En construcción reflexiona sobre las ruinas, presencia de las que últimamente hemos andado sobrados. Es fácil ajustar las diferencias a beneficio de inventario. Las ruinas de la CNN apelan a la lágrima, son una especie de funeral homes para que no se disipe la familiaridad del horror y permanezca el espectáculo del suspense bajo los cascotes. Las ruinas de Guerín componen una escritura viva y al estar abiertas a lo aleatorio pueden esconder cadáveres como una especie de encarnación rosselliniana o de fresco muralista que convoca los azares del mundo. Frente al culto funerario de lo real de las imágenes televisivas, la idea de que lo real es también lo inaccesible, una zona de misterio que escapa al cálculo. A Guerín le gusta encuadrarse en el romanticismo épico de Flaherty que en l922 hizo de Nanook una obra maestra utilizando todas las astucias de la puesta en escena. Sin desmentir esta filiación, me parece que las referencias de En construcción se acercan más a documentos fílmicos como Dos o tres cosas que sé de ella, aquel viejo y surrealista proyecto de Godard que buscaba un paralelo entre la ciudad y el modus vivendi de sus habitantes.
En ese barrio gris de viviendas estrechas y de inmigración, de ropa tendida y de televisores a todo volumen, hay un paisaje humano que la cámara de Guerín registra al paso entre arabescos y ruidos de lo cotidiano, miradas curiosas y conversaciones cogidas al vuelo. Los personajes y paisanos del barrio flotan en el espacio y parecen reclamarlo, sin que Guerín caiga en ningún momento en las trampas maniqueas del reportaje. De vez en cuando, la cámara se detiene para escuchar a Antonio, ese ex marino que habría hecho las delicias de Walter Benjamin por sus dosis narrativas y su condición de coleccionista de lo inútil.A Benjamin, que amaba el pathos de las ruinas, le hubiera gustado este filme, como a Barthes la convocatoria de espectros de Tren de sombras, el anterior trabajo de Guerín, de no ser porque ambos pensadores arribaron al cine de manera muy oblicua y preocupados en exceso por la voracidad de sus imágenes. Ya sé que la marea pesada de tiempos impide estos encuentros, pero no está de más imaginarlos tratándose de una extraña pero poderosa convergencia entre el cine como medio técnico y como estado de espíritu. A fin de cuentas, En construcción también viaja hacia el reino de las sombras; si no la de Benjamin, al menos las de Genet, Bataille, Malraux o Mandiargues, en su momento brillantes pobladores del barrio chino convertidos hoy en placas de mármol para designar plazoletas llenas de cemento y mierda. No es el viejo Antonio el único narrador. También el encargado de la obra y su hijo, paletas, practican el latín como corresponde a todo artesano satisfecho de su trabajo. 'Hoc opus hic labor est' ('He aquí la obra, he aquí el trabajo'), inscripción que otro trabajador manual, en este caso de moviola, como Godard, colocaba al principio de sus Histoire(s) du cinéma'. Por si fuera poco, los paletas -o encofradores- se cuentan Tierra de faraones, un filme del agrado de Guerín, tal vez por tratarse de la historia de un constructor que se pasa media vida fabricando su propia tumba. A Jack Hawkins, improbable Keops, se le podría adjudicar la frase de Eupalinos el arquitecto: 'A fuerza de construir tengo la impresión de que yo mismo me he construido'. Presiento que a Valéry le hubiera gustado Tierra de faraones, escrita además por un poderoso espíritu como William Faulkner. Pero Valéry, interesado en ver cómo los arquitectos y los poetas se perdían en el bosque encantado del lenguaje, nunca apreció a los cienastas. Nobody is perfect.
Domènec Font es profesor de Comunicación Audiovisual en la UPF
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